La inflación subyacente, que elimina precios volátiles, trepa a 2.97% en junio
La inflación subyacente, la que elimina bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, subió 0.25% en junio para ubicar la tasa anual en 2.97%.
Se trata de la tasa más alta desde diciembre de 2014, cuando se ubicó en 3.24%, de acuerdo con datos difundidos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La subyacente es tomada en cuenta por el Banco de México para sus decisiones de política monetaria debido a que los precios de los bienes y servicios que integran la canasta con la que se mide está inflación no están sujetos a decisiones de carácter administrativo, estacionalidad o alta volatilidad, de acuerdo con el Banco Central.
Además, se calcula para ofrecer una mejor aproximación de las presiones inflacionarias generales de mediano plazo.
Al interior de la subyacente, el subíndice de las mercancías avanzó 0.27% y el de los servicios 0.24%.
El indicador subyacente excluye a las fuentes agropecuarias, energéticas y tarifas autorizadas por distintos niveles de gobierno.
La inflación general se modera
Los precios al consumidor en general crecieron 0.11% en junio para ubicar la tasa anual en 2.54%, ligeramente menor a la tasa del mes previo (2.60%).
Entre los productos y servicios que más subieron en el periodo están el aguacate (47.59%), la naranja (27.28%) y el transporte aéreo (13.79%), mientras que los que más bajaron están el limón (49.08%), la uva (19.41%) y el tomate verde (17.83%) y servicios de telefonía móvil (3.30%).
Entre las localidades que registraron una variación por arriba del índice nacional están Ciudad Acuña en Coahuila (0.97%), Mexicali en Baja California (0.77%) y Matamoros en Tamaulipas (0.64%).
El objetivo de inflación del Banco de México es de 3%, más/menos un punto porcentual.
La semana pasada, el banco central subió en medio punto porcentual su tasa de interés de referencia para evitar que la reciente depreciación de la moneda se traduzca en presiones inflacionarias, en medio de un deterioro de las condiciones externas.
El peso mexicano acumula una caída de casi 9% en lo que va del año, ante renovados temores a un frenazo de la economía mundial tras la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea, y por la incertidumbre sobre el futuro de la política monetaria en Estados Unidos, indicó Reuters.
