¿Es posible vender piel artificial?

¿Piel sintética? Casi. Se trata de Epifast, un producto biotecnológico hecho a partir de células humanas, que ayuda a regenerar la piel en caso de quemadura o lesión, y que fabrica Bioskinco, una empresa mexicana que, en 1999, adquirió la transferencia tecnológica del IPN y espera ventas por 25 mdp en 2007.

“El mercado es inmenso, entre 0.5 y 0.8% de la población sufre quemaduras. De ellos hay unos 10,000 casos graves al año y cada uno pueden consumir de 25 a 30 unidades”, dice Sergio Villa, director ejecutivo de la firma.

Epifast reduce en 50% el tiempo de recuperación y se vende en 2,300 pesos al sector público y 3,900, al privado. “Su éxito es ser único en el mercado, y el mayor obstáculo, que hay que crear un mercado”, agrega Villa.

La compañía acumuló pérdidas por ocho años, pero en 2005 logró su punto de equilibrio. Este año planean crecer 50% en ventas y en cinco años esperan facturar de 230 a 460 mdp, lo que implicará aumentar su producción de 30,000 a 100,000 unidades anuales. A futuro, contemplan arribar a Brasil y otros países de Latinoamérica.

El IPN confió su tecnología a Bioskinco por ser una empresa de científicos mexicanos. El país genera 1,000 investigadores al año, 50% de ellos en el DF, y 99% proviene de la UNAM.