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Dama de honor profesional, un negocio exitoso

Lo que empezó como una serie de consejos se transformó en Bridesmaid for Hire, idea de Jen Glantz; la emprendedora ofrece paquetes distintos a las novias y contempla capitalizar su proyecto.
jue 23 abril 2015 02:04 PM
Las novias pagan por servicios como elaborar un discurso o tener compañía de la asesora en el altar. (Foto: Especial)
boda (Foto: Especial)

Siempre la dama de honor, nunca la novia... Jen Glantz vio esto como una oportunidad de negocio.

A los 26 años, Glantz ya había sido dama de honor en seis bodas. Había visto de primera mano los puntos débiles de las novias: desde batallar por planear una despedida, querer 'despedir' a damas de honor, y hasta familias envueltas en peleas.

Aunque los planificadores de bodas se encargan de la principal logística del “gran día”, normalmente no hay nadie que brinde apoyo emocional y pequeños consejos.

“Nadie va a decirte que aflojes tus zapatos”, dijo Glantz. Ahí es donde entra ella, que ahora se refiere a sí misma como una dama de honor profesional.

¿Es ella solo una amiga de alquiler? ¿Qué puede hacer Glantz para garantizar que las novias paguen fondos adicionales? Había preguntas por responder.

Glantz amablemente me permitió seguirla una tarde de domingo en la ciudad de Nueva York para que yo pudiera ver de qué se trata Bridesmaid for Hire. (Trabaja a tiempo completo durante la semana como redactora y dedica sus horas libres al emprendimiento: 6 a 9 de la mañana, 6 a 11 de la noche entre semana, y jornadas de 10 horas los fines de semana).

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Las mujeres están pagando por todo , desde la redacción de discurso por 150 dólares, hasta el paquete de novia “supremo” (1,000 dólares en adelante). Eso incluye seis sesiones de una hora con Glantz y nueve horas de logística el día de la boda, lo cual a veces incluye estar de pie en el altar junto a la novia. Si no están en Nueva York, las novias cubren los gastos de viaje de Glantz.

Cuando conocí a Glantz fuera de una tienda de té Flatiron, ella me entregó un calendario escrito a mano para el día. Decía lo siguiente:

1:30 ¡Reunirnos!

2:00 - Emily (nueva clienta)

2:30 - Ashley (Vow to be Chic)

3:00 - Transmisión en vivo

03:30 - Emily (pasante-social)

4:00 – Tienda de novias de David

5:00 - Elle (llamada postcliente)

La organización es uno de sus fuertes. Glantz se basa en Google Sheets para crear listas de pendientes digitales para sus novias: una lista reciente contenía más de 100 puntos.

Ha trabajado con más de una docena de novias desde junio, cuando publicó un anuncio en Craigslist. Se ofrecía a ayudar a las novias con todo, desde habilidades de baile hasta consejos de estilo.

No esperaba despertar con 250 respuestas a la mañana siguiente.

“La primera semana, aparecí directo en televisión y dije: 'Este es un servicio gratuito'”, dijo Glantz, de 27 años. “Yo quería ayudar a los extraños. No tenía conocimiento de los negocios. Tuvimos que descifrar los precios. Realmente estamos creando nuestro propio mercado y nuestra propia industria”.

Desde entonces, ha ganado más de 10,000 dólares y está explorando más formas de monetizar el negocio.

Admite que no le gusta pedir ayuda. “Trato de ser un espectáculo de una sola mujer”. Pero se ha reunido con Ray Lapof, un hombre de negocios de 82 años de edad que conoció a través de SCORE, organización que ofrece asesoramiento gratuito a jóvenes emprendedores.

Se han reunido dos veces al mes desde enero, y sus sesiones de una hora por lo general se convierten en tres horas de consejos rudos.

Cuando conocí por primera vez a Glantz en febrero, ella había recibido más de 1,000 correos electrónicos de mujeres que querían trabajar para ella. Estaba planeando franquiciar el negocio: contratando mujeres para dirigir sucursales de Bridesmaid for Hire en todo el país.

Lapof, que ha asesorado a más de 2,000 empresarios en los últimos años, la detuvo en seco. “La gente tiene una tendencia a pensar demasiado en grande”, dijo.

“Él te dice las cosas como son”, dijo Glantz.

Ella colabora con otras startups para conseguir exposición, como la firma de renta para damas de honor Vow to be Chic (ellos le prestaron vestidos para una boda, ella sorteó sus servicios como parte de un concurso).

Lapof le previno de entrar en demasiadas asociaciones: “las alianzas son para los perros y los novios; no para las empresas”, Glantz recordó.

Comentó que Lapof la está alentando a explorar nuevas formas de monetización, como cobrar por consejos: a cinco preguntas por 25 dólares.

“Tengo que recordar que esto es un negocio”, dijo, señalando que el asesoramiento gratuito consume una gran cantidad de su tiempo. “A pesar de que esté impulsado por la relación, aun así tiene tiene que funcionar”.

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