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Urban Reclamations recupera madera centenaria para convertirla en muebles

La madera de viejos graneros, fábricas y talleres es la materia prima de los muebles de Urban Reclamations, una mueblería artesanal.
mar 16 agosto 2016 10:00 AM
Madera con historia.
Madera con historia. La demanda de muebles hechos con madera recuperada ha ido aumentando desde que empezó el negocio.

Patrick LaMear es como un niño en una tienda de dulces cuando camina por una antigua acería en Tacoma, Washington, un sitio donde se llegaron a fabricar componentes para buques de la Primera Guerra Mundial.

Para el ojo inexperto es un enorme cobertizo de madera que perdió su propósito hace tiempo. Para LaMear, propietario de Urban Reclamations - una tienda que hace muebles de madera recuperada - es el cofre de un tesoro. Señala una viga que soporta el techo y su cara se ilumina.

"Tiene muchísimo color, varias manchas de clavos, es una pieza preciosa".

Su trabajo es encontrar la belleza en lo bruto y tosco. LaMear sale regularmente a buscar madera de viejos graneros, fábricas y talleres. Es una habilidad que ha perfeccionado durante años.

"He estado en esto desde que era un niño", dice. "Una vez que abres la viga nunca se sabe… Es una sorpresa lo que hay en su interior".

Hecho en U.S.A.

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LaMear abrió su negocio hace seis años en un edificio levantado en la década de 1920 en Seattle, acorde con su deseo de reutilizar las cosas viejas. Su tienda es una sala de exposición al frente y un taller en la parte trasera, donde los clientes pueden ver a los artesanos tallar los muebles. Sus nueve empleados sierran y lijan a mano los hallazgos de LaMear.

Alrededor del 80 por ciento de los muebles, mesas y sillas en su mayoría, termina en restaurantes, bares y oficinas de moda en Seattle.

Otras son piezas personalizadas para la creciente población urbanita de Seattle que aprecia la madera vieja.

"Seattle está atravesando un renacimiento del crecimiento - una gran cantidad de condominios, apartamentos, habitaciones de tamaño inusual", dice LaMear, y todo ello necesita amueblarse.

Alrededor del 20 por ciento de sus muebles se compran vía Internet y son enviados a clientes en todo el país. LaMear dice que la demanda de madera recuperada sólo ha ido aumentando desde que empezó.

"Creo que la gente aprecia que no termine (la madera) en un vertedero. Pero no creo que ese sea el factor determinante, creo que es la calidad y lo que el producto exuda frente a algo prefabricado", apunta LaMear.

"Me gustan las manchas de clavos, esa manchas negras y oscuras que salen porque el clavo estuvo en la madera por cien años. Eso es algo que realmente no se puede replicar", dice.

La compañía ofrece ocho estilos diferentes de bases de mesa hechas de acero.

"El acero que utilizamos es más grueso de lo que debe ser y las mesas son casi de 2 pulgadas de espesor", explica. "Cuando estás en una bodega y tomas un vaso de cristal y lo colocas sobre una roca, toda esa densidad trasmina a través del cristal. Quiero que la mesa exude esa misma solidez".

La madera nueva no tiene "alma"

LaMear dice que la madera nueva simplemente no tiene el mismo carácter o "alma". Dice que la madera que recupera a veces proviene de árboles de 800 años de edad y ha tenido muchas vidas desde que fue cortada.

"No fue sólo un árbol que fue talado y arrojado a un aserradero. Sirvió a un propósito. Sostenía un edificio, estaba en una granja familiar o era quizás una puerta por la que entraban y salían animales durante cien años. Quizás fue un edificio que proporcionaba puestos de trabajo", medita.

"Un escalón que ha sido pisado por 100 años y se ha desgastado con las botas… tiene una belleza y una textura que no se pueden replicar".

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