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Emprendedora introduce test genético de cáncer de mama al cuadro básico

Juana Ramírez, fundadora de Sohin, comercializará en el sector público el Mammaprint que determina si se requieren quimioterapias o no.
vie 11 agosto 2017 01:26 PM
El 90%
El 90% de los casos de cáncer de mama que se presentan en México se tratan en el sector público (Foto: kasto80)

Las pacientes con cáncer de mama que se atiendan en las instituciones del sector de salud público en México pronto podrán solicitar la aplicación del Mammaprint, una prueba genética que permitirá a los médicos tratantes decidir con mayor certeza si es necesario aplicarles quimioterapia o no.

El test de origen holandés fue introducido a México en 2009 por Juana Ramírez a través de la empresa Soluciones Hospitalarias Integrales (Sohin), que actualmente lo comercializa a través de las aseguradoras privadas. Sin embargo, a partir de agosto el Consejo de Salubridad General de México, el ente regulador del sistema de salud mexicano, lo integró al Cuadro Básico de Insumos de Diagnóstico.

“Es la primera vez en la historia de este país que el Gobierno Federal adopta el diagnóstico genético para pacientes con cáncer”, comentó Ramírez en entrevista con Expansión, quien este año forma parte de la generación 2017 de Emprendedores del Año .

Esto significa que si un medicamento o insumo de diagnóstico es integrado al catálogo -en este caso la prueba Mammaprint-, todos los derechohabientes de las instituciones de salud públicas, como el IMSS, el ISSSTE o el Seguro Popular, tendrán acceso a ésta para realizársela. “Si están en el Cuadro Básico es porque son una necesidad o generan una optimización”, agregó la empresaria.

Sohin se enfoca en el tratamiento de pacientes con enfermedades crónico degenerativas complejas como el cáncer o la esclerosis múltiple, mediante la medicina individualizada (pruebas genéticas) y atención personalizada (seguimiento durante la enfermedad).

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El Mammaprint es sólo una de las más de 30 pruebas genómicas que forman parte de su portafolio. A la fecha casi 2,000 pacientes con seguro médico privado han hecho el test, de las cuales más del 50% recibieron un diagnóstico que determinaba que la quimioterapia no representaba un benéfico para su tratamiento.

Una vez integrada al cuadro básico, el siguiente paso será realizar las gestiones correspondientes con cada institución de salud para que accedan a comprar el servicio de Sohin. “No es que el próximo año nos van a comprar todos, hay un tema de recursos presupuestales de por medio”, advierte Ramírez.

El socio decano de la práctica de Salud de PwC México, José Alarcón, indica que para poder venderle al IMSS o al ISSSTE, Sohin deberá pasar todavía por otro filtro de reglas que estas instituciones interponen para priorizar sus atenciones a la población.

“El reto con los diagnósticos basados en genética es que la ciencia va mucho más avanzada que la regulación. Hacer la prueba sí seria posible pero falta pasar por esos filtros para cerciorarse que sea correctamente aplicada”, señala Alarcón.

Salto nacional

La prueba consiste en obtener una muestra del tumor para medir 70 genes con los que se determina la probabilidad de riesgo de recurrencia o metástasis a 10 años. La muestra se toma en México y el análisis se realiza en Estados Unidos; los resultados se envían a Sohin para entregarlos al médico tratante. Ésta es aplicable a toda paciente en estados de cáncer de mama I y II, es decir, las etapas previas a una metástasis.

En México, el cáncer de mama es la primera causa de muerte en mujeres mayores de 25 años y la probabilidad de padecerlo aumenta conforme la edad, siendo el grupo de entre 45 a 64 años el de mayor riesgo, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

Al menos el 90% de los casos de cáncer de mama que se presentan en México se tratan en el sector público, mientras sólo el 10% puede costear la atención en el sector privado , según datos estimados por Sohin. De ahí la relevancia del ingreso del estudio al Cuadro Básico, indica Ramírez.

“Hasta hoy a todas las pacientes les dan tratamiento con quimioterapia, entonces el Gobierno está adoptando tecnología que optimiza recursos y evita tratamientos innecesarios en pacientes que no lo requieren, como la quimioterapia, que va de seis a 21 ciclos de y deja efectos irreversibles en la persona”, agrega.

Mammaprint es la primera y única prueba del mercado aprobada por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) y es recomendada por la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés). Sin embargo no es la prueba preferida del sector salud en general porque evita la quimioterapia, asegura la emprendedora.

“Los incentivos deben estar en darle el mejor tratamiento al paciente según sus genes”, puntualizó.

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