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Tres amenazas de Donald Trump a la industria automotriz... y que no cumplirá

En su campaña, Trump prometió, entre otras cosas, fijar altos impuestos a los vehículos importados desde México y afirmó que volverán inversiones y empleos. La industria asegura que eso no sucederá.
mié 03 mayo 2017 02:04 PM
¿Palabras o hechos?
¿Palabras o hechos? Los expertos dudan que muchas de las promesas de campaña de Trump se hagan realidad. (Foto: Evan El-Amin/Shutterstock / Evan El-Amin)

Donald Trump ha adoptado una línea dura contra México, exhibiéndolo como el destino al cual se estaban yendo las fuentes de empleo que se perdían en Estados Unidos. La cercanía, que durante años jugó a favor de México para atraer inversiones automotrices, ahora es la causa de que el país se haya vuelto flanco de los ataques del presidente, por encima de otros países como China, India, República Checa o Brasil, que también han recibido millones de dólares de automotrices estadounidenses y de sus proveedores.

Durante su campaña, Trump prometió que, de llegar a la presidencia, impondría un alto impuesto sobre los vehículos fabricados en México que entraran a Estados Unidos y que retornaría las plantas y empleos a su país. Son promesas que, según los especialistas y miembros de la industria, difícilmente podrá cumplir.

Un arancel de 35%

En septiembre, Trump prometió imponer un impuesto sobre los vehículos fabricados en México que entren a Estados Unidos, luego de que un ejecutivo de Ford mencionara en una conferencia con inversionistas los planes de la empresa para llevar la fabricación de sus vehículos pequeños a México.

“Ellos creen que se van a salir con la suya en esto", dijo Trump. "Pero cuando ese carro atraviese la frontera hacia nuestro país, que ahora lo hace gratis, les vamos a cobrar un impuesto del 35%. Y sabemos qué pasará entonces: nunca querrán irse”.

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Lee: Los autos pagarían un arancel de 8.3% para entrar a Estados Unidos sin el TLCAN

No obstante, si México y Estados Unidos deciden no continuar con el libre comercio, ambos países tendrían que apegarse a las reglas internacionales, según las cuales el arancel que podría imponer Estados Unidos para los vehículos y autopartes fabricados en México sería de 8.33%, dice Enrique Dussel, académico de la UNAM y autor del estudio 'Estimaciones arancelarias en México y Estados Unidos con y sin TLCAN'.

El 'came back' de la producción de vehículos

Según Trump, la imposición de un arancel sería suficiente para regresar la producción de los vehículos a Estados Unidos. Pero Óscar Albin, presidente de la Industria Nacional de Autopartes, afirma que esto no es viable, pues hacerlo terminará por encarecer los productos.

“Para mantenerse competitivos ante la competencia asiática, de bajos costos y de tanta eficiencia, las automotrices norteamericanas necesitan un socio como México”, dice Albin.

Incluso Ford, después de cancelar la planta que había previsto en San Luis Potosí, no abandonó por completo la idea de ensamblar el Focus en México, solo que ahora con una discreta inversión en la planta de Hermosillo, donde también ensambla los modelos compactos Fusion y Lincoln MKZ.

Más empleos automotrices

Para atraer votos, Trump apeló a uno de los mayores miedos que puede tener la clase trabajadora: el desempleo.

“Las empresas han enviado los empleos a México”, dijo durante un discurso pronunciado en agosto del año pasado en el Club Económico de Detroit, la ciudad automotriz que alberga los corporativos de Ford, de General Motors y del grupo Fiat-Chrysler.

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Pero el argumento de Trump se derrumba al comparar el número de empleos y plantas que las automotrices estadounidenses tienen en ambos países.

Ford, por ejemplo, tiene 24 plantas en Estados Unidos, que emplean a 50,210 personas, mientras que en México sólo tiene tres que generan 7,378 empleos. Ford genera casi siete veces más empleos en Estados Unidos que en México.

Lo que ha pasado es que Estados Unidos se ha ido 'desindustrializando' para convertirse en una economía de servicios. Eso ha generado una migración de los empleos de la manufactura a los servicios, dijo Arturo Rangel, vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).

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