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Jiménez Espriú, futuro secretario de la SCT: "El NAIM no se justifica"

El futuro titular de la SCT dice que la inversión en el nuevo aeropuerto no se justifica, considerando la situación económica por la que atraviesa el país.
mié 25 julio 2018 11:01 AM

Hace cerca de nueve años que Javier Jiménez Espriú colabora con Andrés Manuel López Obrador. El ingeniero participó en la conformación de Morena, cuando fue Asociación Civil, para delinear el plan de infraestructura del movimiento, para ahora ser el propuesto secretario de Comunicaciones y Transportes. Desde la dependencia, el ingeniero busca combatir la corrupción, pero también sentar las bases de lo que serán grandes proyectos de infraestructura del país.

A sus ochenta años, Jiménez Espriú busca aportar su experiencia a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y no quedar bien con nadie. “Una de las ventajas que se tendrá con este secretario es que no se dejará hacer algo por ser malo para su futuro político, sobre todo por cuestiones de calendario”, bromeó respecto a su edad en entrevista con Expansión.

Su objetivo es revivir la ingeniería en el país y posicionar a ingenieros nuevamente en los principales puestos de decisión para el desarrollo de infraestructura en el país, a la vez que se impulsará a las empresas mexicanas pequeñas y medianas.

Lee: Los siete proyectos prioritarios de AMLO a detalle

Durante su gestión, dijo, no habrá una gran obra de infraestructura icónica, sino un proyecto de obra pública pensaba en el largo plazo. Entre los planes al frente de la SCT se tienen grandes proyectos como el Tren Maya, revivir el tren México-Querétaro y el Corredor Trans-Istmico. Mientras que hereda el gran proyecto de Enrique Peña Nieto, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que ahora mismo se estudia para conocer si continúa o no.

¿Cuáles son sus objetivos al frente de la SCT?

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México requiere una infraestructura que sea moderna, eficiente, eficaz y útil para el desarrollo económico, social y cultural. No puede haber economía buena sin infraestructura moderna y eficaz.

La vamos a orientar en dos vertientes diferentes, una en lo general y otra al desarrollo regional. No vamos a hacer carreteras para conectar un punto con otro, sino carreteras que sirvan para el desarrollo de la región donde se encuentren y eso nos permitirá ir reordenando el territorio. El ordenamiento lo vamos a hacer en el territorio y no en el escritorio. Vamos a ir a ver cuáles son las necesidades de las regiones y establecer prioridades.

La infraestructura tendrá como objetivo terminar con la exclusión social, hay muchos mexicanos que no tienen comunicación de ninguna índole, ni caminos, ni telecomunicaciones, están lejos de la salud, educación y seguridad.

El Trans-Ístmico y el Tren Maya

Dentro del desarrollo regional, una de las estrategias es impulsar a la zona Sur y Sureste del país, para lo cual se tienen planteados dos grandes proyectos. Uno es el corredor logístico Trans-Ístmico, y el otro es de carácter turístico, el Tren Maya.

¿En qué consiste el proyecto del Corredor Trans-Ístmico?

En la parte que toca a la Secretaría en la modernización del tren que va de Coatzacoalcos (Veracruz) a Salina Cruz (Oaxaca), la modernización de ambos puertos, de la carretera correspondiente y del aeropuerto de Ixtepec. Todo no para conectar un punto con otro y hacer un canal superficial, no. Se trata de crear un corredor para crear naves industriales y urbanas y la zona para aprovechar los inmensos recursos que hay ahí.

¿Cuál va a ser la ruta crítica que siga el proyecto en los primeros días de gobierno?

Vamos a empezar rápidamente a desarrollarlo modernizando las vías férreas y carretera y a modernizar los puertos. Otras dependencias iniciarán con el desarrollo de zonas urbanas y territoriales vinculadas. La idea es crear un nuevo puerto industrial en Salina Cruz. En este vamos a esperar un poquito más para hacer el proyecto más a detalle.

Esperamos que en diciembre próximo o en enero comencemos a ver las primeras licitaciones. Aún no hay un proyecto ejecutivo, pero sí un ante proyecto. Ahora, con la transición, estamos revisando qué proyectos hay en la secretaría, pero está la carretera y las vías férreas, tenemos el derecho de vía.

¿Cómo será el proyecto del Tren Maya?

Es un tren para desarrollar la zona turística de Balacar y Calakmul, que la Secretaría de Turismo desarrollará en otros órdenes. Ahí nos tomará un poco más trabajar en algunas zonas, pero iniciaremos con la modernización de algunas partes de la vía donde ya tenemos el derecho de vía entre Palenque y El Fuerte, y así desarrollar el proyecto en los primeros meses del año que viene.

¿Cuáles son los planes en materia ferroviaria?

Uno de los que queremos echar a andar pronto es el México-Querétaro. Estamos diseñando una red de trenes de pasajeros, que no abordaremos por completo, pero uno de los tramos naturales es el de México-Querétaro donde hay derecho de vía y hay carga. Eso lo pretendemos arrancar pronto y echar a andar el tren de pasajeros en los primeros dos años de gobierno. Ya luego buscaremos otros tramos donde hay derecho de vía y se justifican económicamente.

Las alternativas para el NAIM

Durante la campaña electoral, López Obrador llamó a frenar las obras del NAIM por considerarlo un proyecto faraónico y construido en el peor sitio posible. Se habló de revisión para averiguar si había corrupción detrás del mismo, los impactos sociales y ambientales, e incluso delineó un Plan B, la ampliación de la base aérea de Santa Lucía.

¿En qué se basa el rechazo que tienen al proyecto del NAIM?

Consideramos que es un aeropuerto de altísimo costo y no se justifica dada la situación económica del país. Es un aeropuerto ubicado en el peor sitio en función del terreno. Además de la ostentación de la propia construcción, hacerlo ahí es carísimo porque el suelo es muy complicado. Hay muchos temas complicados.

Estamos analizando con ellos cuánto va a costar mitigar los efectos, cuánto va costar terminarlo porque será muchísimo más de lo planteado inicialmente, cuándo va a quedar porque va muy atrasado. Entonces, es un aeropuerto con muchas complejidades y riesgos.

Lee: Equipo de AMLO se reúne con SCT para hablar sobre el nuevo aeropuerto

¿Qué impresión le dejó su reciente visita a las obras del NAIM?

Las obras que hacen ahí están bien hechas. Los ingenieros sabemos que no hay obras imposibles, pero sí obras de ingeniería incosteables y esta es una de ellas. Quienes construyen lo están haciendo bien, lo que pasa es que está muy atrasado, pero debo confirmarlo con datos duros.

¿Qué sigue para estudiar la viabilidad del proyecto y saber si se cancela o no?

Hemos previsto con las autoridades actuales la creación de mesas de análisis y trabajo para algunos de los temas que más nos preocupan. Estas iniciarán probablemente la semana próxima (23 al 27 de julio), quedaron de enviarnos la información para avisarnos quiénes asistirán a discutir el tema. En función de eso, tomar la decisión y entregarle las opciones factibles al licenciado López Obrador.

De seguir el aeropuerto, ¿cuándo estaría listo?

Si no hay contratiempos, estaría listo hacia 2023.

El combate a la corrupción

La actual SCT no dejará un buen precedente: se canceló la licitación del tren México-Querétaro, empañada por corrupción; el socavón del Paso Exprés a semanas de su inauguración provocó la muerte de dos personas; además de retrasos y sobrecostos en un sin fin de obra pública.

Jiménez Espriú espera que tras más de tres décadas en que no ha habido ingenieros al frente de la SCT, esto comience a cambiar con su llegada. “Somos ingenieros y estamos acostumbrados a un proceso constructivo muy claro, a planear, definir prioridades, tiempos y montos, y ajustarnos a todo eso. Lo que haremos es buscar que las soluciones sean de alta calidad pero austeras, congruentes con las necesidades del país”.

La actual administración deja muchos escándalos relacionados con la corrupción en infraestructura, ¿qué garantía se tiene de que esto no sucederá en el futuro?

Podría sonar demagógico, pero la garantía es esto que estamos expresando y llevarlo a cabo puntualmente y sin ningún tipo de falsedad, vamos a trabajar. Llevamos muchos años haciendo las cosas y hasta ahora no tenemos ningún punto en que se diga que lo hacemos mal o algo por el estilo. Creemos que tenemos autoridad moral para decir que no habrá corrupción, además de antecedentes laborales que nos permiten pensar que vamos a hacer las cosas lo mejor posible.

¿Qué medidas aplicará en la SCT para evitar la corrupción?

Las primeras son de carácter cualitativo. Estoy buscando colaboradores que cumplan con tres características que nos encargó el licenciado López Obrador. Una que vale seis puntos de 10, es que sea y tenga el antecedente de absoluta honestidad, el otro 30% que tengan vocación de servicio público y el 10% restante que sepan de su asunto, si van a llevar a cabo labores de ingeniería que sean ingenieros, si van a hacer temas contables que sean contadores, que no pongamos a los abogados a hacer carreteras.

Primero profesionalizar las cosas y garantizar que las personas que vayan que sean íntegras en lo más amplio del término.

El segundo punto es la contratación pública. Utilizaremos mecanismos de contratación que sean transparentes y vamos a aplicar la tecnología de forma clara, de modo que todo deberá estar presente en las páginas de la secretaría en tiempo real.

Buscaremos que haya una simplificación de las normas para que no se compliquen las cuestiones de la honestidad y seremos implacables cuando se descubramos que hay cuestiones fuera de los debido.

Habrá en las nuevas reglas de juego tarjetas rojas para los que cometan alguna cosa y serán conducidos a las instancias que sigan en función de la culpa que tengan en alguna cuestión irregular. Esto será tanto para funcionarios de la secretaría como para los contratistas, quienes deberán ajustarse plenamente a las cosas.

¿Qué pasará con las adjudicaciones directas?

Trataremos que las adjudicaciones directas sean completamente excepcionales, que todo sea por licitación. Buscaremos que las licitaciones sean ágiles para que nos permitan trabajar y vamos a pedir, independientemente de las normas que existen en cada contrato, un testigo social. También pediremos a las sociedad y a ustedes (los medios) que se organice la sociedad en observatorios ciudadanos que den seguimiento a los contratos y obra que haga falta, entre otras muchas cosas.

¿Anticipan que haya modificaciones a Ley de obra pública?

Probablemente sí, no podría adelantarle nada. Lo que me han dicho los funcionarios y contratistas con los que he platicado es que es deseable darle una revisada. Ya hay propuestas que tienen unos y otros y vamos a ver si podemos quitar algunos escollos que tiene la ley.

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