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Los negocios se suman a la tendencia verde

Cada vez más empresas adoptan un esquema de economía circular en sus procesos productivos.
vie 17 enero 2020 05:00 AM
Economía circular
Nuevos materiales reciclables, vasos que se convierten en sillas... las empresas se suben a la tendencia del desperdicio cero.

Ya no queda espacio para más basura, una crisis derivada del nivel de desperdicios que generamos es cada día más evidente. Por ello y cómo nunca antes, líderes empresariales y gobiernos han desarrollado estrategias enfocadas en la economía circular, que se centra en un nuevo modelo de consumo, donde se busca que los productos, componentes y materias primas mantengan su utilidad y se aprovechen al máximo con el objetivo de generar cero desperdicios.

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En México, se producen cerca de 44 millones de toneladas anuales de residuos y se espera que, en 2030, este número alcance los 65 millones de toneladas, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Con la economía circular se pretende sustituir el modelo existente, que es lineal, y en el que la producción, los bienes y embalajes son de un solo uso.

De esta manera, diversas empresas de todos los sectores, y organismos gubernamentales, han multiplicado sus esfuerzos en los años recientes para dar un giro a sus procesos de producción con el fin de minimizar los desperdicios.

La silla que fue vaso

La cervecera holandesa Heineken decidió formar parte, desde 2016, de la iniciativa Circular Economy 100, para transformar sus procesos y operaciones en unos más sustentables. Entre sus proyectos más destacados –anunciado a finales de 2019– está el reciclaje de 10 millones de vasos (25% hechos de cebada y 75% de plástico convencional) que utilizan en los más de 1,000 eventos que realizan al año, como el Vive Latino en la Ciudad de México, el Pa’l Norte en Monterrey o el Festival Musical Indio Catrina en Puebla, para convertirlos en mobiliario.

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“Estos vasos reciclados serán para realizar 900 sillas, con 82 vasos por silla, que vamos a usar dentro de la compañía”, dice Blanca Brambila, directora de Sustentabilidad de Heineken México.

Con los vasos hechos con la cebada que sobra de su producción, y que fueron lanzados en 2018 en el Vive Latino, se ha evitado la generación de 25 toneladas de plástico en sus procesos y la emisión de 40 toneladas de CO2 al año.

Lee: Natura busca aliados para impulsar el reciclaje de sus empaques

Heineken busca hacer uso del reciclaje lo más posible. Una de sus metas para 2020 es lograr que 100% de sus refrigeradores sean diseñados para ser reciclados. “Hoy tenemos cerca de 300,000 enfriadores en el mercado, de ese número, el 80% ya fueron diseñados para que sean reciclados con nuestro socio Imbera –fabricante de refrigeradores–”, señala Óscar Gálvez, director de Asuntos Públicos y de Gobierno de Heineken.

Si bien estás acciones van encaminadas a un futuro sin desechos, su proyecto más ambicioso en cuanto a sustentabilidad fue la construcción de su planta cervecera en Meoqui, Chihuahua, en 2018. Es la planta más sustentable del mundo de la firma, con un consumo de agua de dos hectolitros por hectolitro de cerveza producida, debajo del promedio de la industria, de tres hectolitros, una recuperación de 30% de agua utilizada en la producción, una disminución de emisiones de carbono de 54% y con el 100% de energía proveniente de fuentes renovables.

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Pan verde

La mexicana Grupo Bimbo se ha convertido en un referente en el desarrollo de iniciativas sustentables: desde el uso de empaques 100% biodegradables hasta la generación de energías limpias.

En 2019, anunció una inversión por 2,800 millones de pesos durante los próximos cuatro años para incorporar 4,000 autos eléctricos –sumados a las 430 unidades existentes– de la mano de su filial Moldex, productora de vehículos eléctricos. También anunció el lanzamiento de una bolsa 100% biodegradable para su línea Bimbo Vital en México, el primer plástico compostable que la empresa importa de Europa para emplearlo en esta línea de productos mexicanos.

“El pan Bimbo Vital será pionero en el uso de esta nueva envoltura que, además de proteger la frescura y calidad del producto, se podrá disponer junto con los residuos orgánicos. Éste el primer paso que damos como compañía a nivel global en el uso de compostables a través de la innovación”, dijo en conferencia Daniel Servitje, director general y presidente de la compañía.

La empresa, además, se comprometió para que 75% de su energía a nivel mundial fuera proveniente de fuentes renovables, con lo que se convierte en la primera empresa panificadora en Estados Unidos en ser 100% renovable, gracias a un acuerdo con Invenergy, que le proveerá de energía de su parque eólico en Texas, Estados Unidos.

Los acuerdos con terceros no son suficientes y, en 2018, Bimbo inició operaciones del sistema de energía autosuficiente en techos más grande de México y el segundo en Latinoamérica.

Adiós al plástico

Uno de los materiales que más controversia genera, en términos ambientales, es el plástico, por ello, el sector empresarial firmó, en diciembre, un acuerdo en la Cámara de Senadores para incluir más material reciclado dentro de los productos de plástico en 2025 y 2030.

Si bien este acuerdo es un avance en materia de sustentabilidad, dejó poco convencidos a grupos ecologistas, como Greenpace, sobre su verdadero alcance porque no se tradujo en una ley, sino en un simple compromiso.

El reciclaje de plásticos forma parte importante dentro de las tendencias de la economía circular y este pacto pretende que los productos de plástico contengan un mayor porcentaje de resinas que vengan de productos usados, como la nueva resina de la firma mexicana-brasileña Braskem-Idesa, que contiene 30% de material reciclado.

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“Hacer una resina reciclada de residuos no parece, de entrada, un gran desafío. Pero hacerlo de manera profesional, respetando todos los aspectos sociales, con un proceso sustentable, sí es un gran reto”, dice Stefan Lepecki, director general de Braskem-Idesa.

La compañía empezará con un pedido de 25,000 toneladas de este producto llamado PEAD Post-Consum para 2020, una pequeña porción frente al millón de toneladas de polietileno que produce al año.

“Lo más importante no es el volumen, sino demostrar a la sociedad que es posible lograr este proceso de economía circular”, señala Lepecki.

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