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El cierre de plantas de autos desencadena un efecto dominó en México

Los proveedores de componentes también han empezado a parar plantas, mientras que los distribuidores estiman una reducción en la oferta de modelos.
mié 25 marzo 2020 05:00 AM
Planta de Audi Puebla.JPG
Si bien las plantas armadoras podrían reactivar sus operaciones durante abril, el retorno de actividades será paulatino.

Los paros de las plantas armadoras eran cuestión de tiempo. El desabasto de insumos provenientes de Asia y Europa, una caída precipitada en la demanda global de vehículos y los primeros casos positivos de coronavirus surgiendo en los pisos de producción, abrieron la compuerta a un torrente de anuncios de suspensión de actividades en las líneas de ensamble de vehículos en México.

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El miércoles pasado Honda, Toyota, Audi, General Motors, Ford y Fiat Chrysler anunciaron suspensiones temporales en sus plantas mexicanas. El viernes, Nissan y Volkswagen se sumaron a la lista y este lunes BMW y Mazda también confirmaron la suspensión de actividades en sus complejos. El término Covid-19 apareció en todos los comunicados.

Recomendamos: Componentes y empleados ya escasean en las plantas mexicanas por el coronavirus.

La duración de los paros variará entre marcas: Honda parará durante una semana, FCA durante semana y media, Mazda, Toyota y Volkswagen durante dos. Nissan, BMW y Audi lo harán durante tres semanas, ya que extenderán sus paros hasta después de las vacaciones de Semana Santa. Los de las plantas de General Motors y Ford variarán según el complejo. No obstante, todas las armadoras han dejado la puerta abierta a prolongar la suspensión de operaciones.

Ford, por ejemplo, ya dijo que no reanudará actividades en sus plantas de Norteamérica el 30 de marzo, tal y como estaba planeado, sino que extenderá la suspensión de actividades hasta nuevo aviso.

"Hemos decidido que las operaciones de nuestras plantas en los Estados Unidos, Canadá y México no se reactivarán el próximo lunes 30 de marzo, como se planteó originalmente", informó la compañía en un comunicado publicado el 24 de marzo. "Nos encontramos evaluando varias opciones y trabajando con los líderes sindicales, para encontrar el momento óptimo para reanudar la producción de vehículos, teniendo en cuenta el bienestar de nuestra fuerza laboral", añadió.

México ensambla 3.75 millones de automóviles al año. En febrero, los 18 complejos que pararán en los siguientes días produjeron alrededor de 305,000 unidades, según datos de Inegi.

Casi de forma inmediata, surgió un efecto dominó a lo largo de la cadena. El mismo día en que se dieron a conocer los primeros anuncios de suspensión de actividades, algunos proveedores directos de las marcas, conocidos como Tier 1, también advirtieron sobre posibles suspensiones de actividades.

Paro automotriz

Los proveedores también paran

Vitro dijo que, tras recibir avisos de sus principales clientes de la industria automotriz en todo el mundo informando sobre su decisión de suspender temporalmente las operaciones de fabricación de automóviles, analizaría la suspensión temporal parcial o total de sus plantas de vidrio automotriz que dan servicio a los fabricantes.

En los siguientes días, los fabricantes de neumáticos Pirelli, Michelin y Bridgestone anunciaron cierres temporales en sus plantas mexicanas.

“Pirelli cerrará la planta de Silao [Guanajuato] a partir del lunes 23 y estará monitoreando constantemente la situación con relación al Covid-19 y a su impacto en el mercado, para establecer cuándo se reiniciará la producción”, informó la compañía en un comunicado difundido el 20 de marzo.

Luis Aguirre, presidente de Index Nacional, organismo que agrupa a empresas manufactureras con actividad exportadora, incluidas armadoras de vehículos y fabricantes de autopartes, dijo el lunes, en una videoconferencia, que hasta el pasado viernes había al menos diez proveedores Tier 1 que habían parado operaciones en México debido a las suspensiones de las plantas armadoras y a la falta de insumos provenientes de Asia.

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“Buscando un lado positivo a todo esto, estas dos o tres semanas les servirán a los proveedores para reabastecerse de aquellos insumos provenientes de Asia que escasearon tras el cierre de plantas por el coronavirus allá y para que los costos de los embarques aéreos se estabilicen ”, dijo Aguirre.

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Escasez de inventarios en pisos de venta

Además del abrupto freno que experimentan decenas de plantas proveedoras, el alto en la producción de vehículos también podría afectar la oferta de modelos en los pisos de venta, aunque esta no es la mayor preocupación del sector ahora.

“Ante una disminución en la demanda, los inventarios de vehículos con los que cuentan los distribuidores serán suficientes para hacer frente a las ventas que se puedan concretar en lo que queda del mes. Que se retome la demanda en los meses posteriores a la crisis sanitaria es lo que más nos preocupa ahora”, dice Guillermo Rosales, director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Rosales estima una caída de hasta 25% en la venta de autos nuevos en 2020, debido a la estrepitosa desaceleración en la demanda de vehículos proyectada tras la llegada del coronavirus Covid-19 al país.

La industria automotriz genera, a lo largo de su cadena, casi dos millones de empleos directos. Y, aunque los paros aún no han ocasionado despidos masivos, los entrevistados coinciden en que se requieren acciones oportunas por parte del gobierno federal para reactivar a la economía lo más rápido posible y así mitigar la potencial pérdida de empleos.

Recomendamos: La venta de autos nuevos en México caerá hasta 25% por el coronavirus.

Si bien las plantas armadoras podrían reactivar sus operaciones durante abril, el retorno de actividades será paulatino. Gerardo San Román, presidente de la firma de análisis Jato Dynamics, estima que las plantas de vehículos y de componentes recuperarán el ritmo en los siguientes seis meses, mientras que la venta de vehículos podría tomar un poco más de tiempo.

“Como esta es una situación sin precedentes, cuesta trabajo vislumbrar las consecuencias totales. Las primeras proyecciones en los principales indicadores económicos pueden ser apenas la punta del iceberg”, dice San Román.

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