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Turismo de vacunas: historias detrás del viaje que muchos mexicanos desean hacer

La posibilidad de vacunarse contra COVID-19 en Estados Unidos ha detonado una oleada de viajeros mexicanos que pagan varios miles de pesos para cruzar la frontera y obtener una dosis.
mié 21 abril 2021 05:00 AM

Daniela resume el viaje que planea hacer a Atlanta para vacunarse contra el COVID-19 en tres palabras: “comprar paz mental”.

Después de perder a su abuelo de 87 años, a su prima de 28 –quien estaba embarazada, sobreviviéndole su hijo– y a uno de sus mejores amigos, de 35 años, Daniela, una publirrelacionista de 37 años radicada en la Ciudad de México, decidió tomar un vuelo a Estados Unidos con su esposo en busca de la vacuna contra el COVID-19.

“La intención de viajar para aplicarme la vacuna está motivada por el miedo, porque ya nos tocó muy cerca y con gente muy joven, y porque en los tres casos nos ha tocado entrarle a ayudar”, relata.

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Un temor similar es el que tiene María, una médico de 35 años que trabaja en un hospital privado. Ante la falta de vacunas para el personal que labora en el sector de salud privado, decidió invertir alrededor de 42,000 pesos en un par de viajes a Dallas, Texas, para acceder a las dosis y no poner más en riesgo a su mamá, una persona de la tercera edad con quien vive.

“La decisión la tomé para poder seguir dando consultas”, afirma.

Texas, el destino preferido

Los viajes desde México hacia Estados Unidos para obtener una de las preciadas vacunas contra el COVID-19 se dan ante la alta disponibilidad de dosis en el país vecino, aunada a un fuerte avance en su aplicación para los ciudadanos estadounidenses.

Datos de la Universidad de Oxford al 19 de abril muestran que en Estados Unidos 40% de la población –más de 211 millones de personas– ha recibido al menos una dosis de la vacuna y una cuarta parte ya tiene las dos. Mientras, en México poco más de 14 millones de personas han recibido al menos una dosis ­–menos de 9% de la población– y sólo 3% ha completado su proceso.

De manera similar a como ocurre en México, en Estados Unidos hay un registro para que las personas sepan si son elegibles a una vacuna, que varía entre un estado y otro. Mientras en algunas entidades como Texas cualquier persona mayor de 16 años puede acceder a las dosis, en otros estados, como Arizona, la vacunación está limitada a residentes.

Para Ana, una trabajadora del sector de recursos humanos de 30 años que vive en la Ciudad de México, la opción fue Houston a sugerencia de su mamá, quien no es mayor de 60 años, y, por ello, tampoco elegible para recibir la vacuna en México aún.

“Tomamos la decisión un lunes por la tarde. Fuimos a casa de mis papás y lo organizamos todo para irnos el sábado siguiente. Compramos vuelos ese día (el lunes) y el miércoles estuvimos buscando precios de hotel y citas para una vacuna de una sola dosis”, explica.

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María cuenta que las citas para las vacunas se agendan apenas con días de antelación, lo que encarece los boletos de avión a los que hay que sumar otros gastos, como el de la renta de un auto cuando los centros de vacunación están lejanos, como fue para ella. Le aplicaron la dosis en un establecimiento de Walmart a una hora del aeropuerto de Dallas.

Aunque el viaje de María sólo requirió una noche de hospedaje, sumando los costos de vuelos y renta de vehículo, suponen un precio difícil de pagar para colegas suyos.

“De mi círculo cercano la mayoría sí ejerce en el sector público y privado, y ya fueron vacunados, pero otro par sólo trabaja en la parte privada. Algunos se acercaron a preguntarme en cuánto me había salido todo, y me dijeron que no tienen la posibilidad de hacer el gasto que yo hice de este viaje corto”, dice.

Vuelos privados para vacunarse

El turismo de vacunas también ha atraído a segmentos de viajeros con mayor poder adquisitivo, que han visto en los vuelos privados una alternativa menos riesgosa para viajar a Estados Unidos en comparación con los vuelos comerciales.

Javier Antares, director comercial de la firma de vuelos chárter ESP Aviation, afirma que la demanda se ha disparado hacia destinos como Amarillo, Houston y San Antonio, todas ciudades texanas, principalmente desde Toluca y Monterrey. En varios casos las aeronaves –con capacidades de alrededor de nueve personas– son compartidas entre dos familias, pues los costos son altos incluso para el segmento.

“De Toluca a Amarillo un vuelo oscila entre los 14,000 y 16,000 dólares, porque si se aplican dos vacunas es un viaje doble”, ejemplifica.

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Rodolfo Ortega, director general de la firma Fly Select, explica que, en el caso de la firma, el destino de origen más demandado a la fecha es Monterrey, donde un vuelo hacia Houston o Dallas oscila entre los 7,000 y 10,000 dólares en la categoría mediana, para un avión que alberga entre siete y nueve pasajeros. En este segmento las reservaciones repentinas también se han presentado.

“Las reservaciones ocurren de un día a otro o incluso el mismo día”, afirma. La premura ha generado retos, ya que para volar es necesario presentar una prueba negativa de COVID-19, que no debe tener más de tres días y, en algunos casos, la entrega de resultados toma un par de días.

Pese a los retos, el deseo de cruzar la frontera para obtener la vacuna crece en México. Incluso, algunos empresarios han decidido vacunar a sus trabajadores en Estados Unidos, como ha sido el caso de Eduardo, un empresario del sector energético, quien se vacunó en Chicago y pagó los gastos de dos de sus colaboradores hacia San Antonio para ser inoculados.

“Costó alrededor de 70,000 pesos por persona entre viajes, hospedajes y rentar el carro (…) Somos una empresa con poco personal, no es tan complicado como una que tenga 1,000 trabajadores, pero mientras más gente haya vacunada, mejor”, afirma.

¿Hay consecuencias?

Una de las interrogantes en este momento es si una persona puede perder su visa por irse a vacunar a Estados Unidos, o enfrentar otro tipo de consecuencias.

Expansión se puso en contacto con la Embajada de Estados Unidos en México respecto a este tema, pero el área de comunicación se limitó a decir que la permisibilidad de vacunas es de carácter estatal, y no federal.

“Si tiene preguntas sobre la elegibilidad de las personas para recibir la vacuna en los Estados Unidos como parte de un grupo prioritario, lo remitimos a las autoridades de salud locales”, dijo la Embajada en un correo.

De acuerdo con los testimonios, entre la información que se suele pedir está una dirección y teléfono locales (aunque en algunos casos pueden ser foráneas), además de una identificación oficial e incluso un comprobante de vuelo de regreso, pero esto varía entre un estado y otro. En Florida se requiere también una prueba de residencia, por ejemplo.

“En migración dije que iba a comprar unas cosas, porque observé a dos familias antes de mí que dijeron que iban a vacunarse, y los pasaron como a un cuarto de interrogatorio”, dice María.

Sin embargo, Alaska ya ha dicho que vacunará a todos los turistas que quieran a partir de junio.

De momento, estas condiciones difíciles en algunos destinos no han impedido la venta de los llamados ‘tours de vacunación’ organizados por algunas agencias de viaje, por precios que van de los 774 a los 828 dólares. Incluyen boletos de avión, hospedaje e incluso traslado hacia los centros de vacunación hacia Dallas, de acuerdo con un folleto publicitario visto por este medio.

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