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¿La reforma eléctrica que viene? Los cambios que el presidente no logró impulsar

El gobierno federal ha hecho al menos cinco intentos por cambiar las reglas del mercado eléctrico, sin éxito. Una reforma constitucional será el último recurso de la administración obradorista.
mar 15 junio 2021 05:50 PM
electricidad
Hasta ahora, los cambios han llenado al sector renovables de incertidumbre.

La posibilidad de contar con una nueva reforma en el sector eléctrico se ha puesto de nuevo sobre la mesa. Este martes el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que tiene tres propuestas de reformas constitucionales, una de ellas encaminada a fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que se ha convertido en una de las prioridades presidenciales, junto con Pemex.

El mercado eléctrico, en el que la compañía nacional perdió exclusividad en la generación en 2013, con la reforma energética, ha sido protagonista de consistentes cambios desde el poder ejecutivo, pero que hasta ahora no se han podido poner en marcha por una serie de amparos interpuestos por organizaciones ambientales y civiles y la iniciativa privada, y el respaldo de jueces especializados en competencia y la Suprema Corte de Justicia.

Al menos cinco intentos, entre reformas a leyes secundarias, acuerdos y políticas, se encuentran detenidos y con pocas posibilidades de salir de los juzgados con un veredicto a favor del gobierno federal.

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Criterio de despacho

En la última reforma a la Ley de Industria Eléctrica, el ejecutivo incluyó un cambio en la manera en que se toma la electricidad producida en las plantas eléctricas de la estatal CFE y los privados. Hasta ahora, se utiliza el criterio económico, que implica que las centrales con un menor costo de generación se utilizarán primero.

Así, se da prioridad a las centrales eólicas y solares y se deja al final de la fila a las que producen con carbón, combustóleo o diesel, que representan costos más altos.

Pero el ejecutivo ha propuesto un nuevo orden, en el que las centrales hidroeléctricas estarán en primer término, seguido de todas las plantas propiedad de la CFE, las centrales eólica y solares, y las plantas de gas propiedad de los privados.

Este cambio, el que más ha preocupado a la industria, daría prioridad a las energías fósiles, pues la mayoría de las centrales propiedad de CFE funcionan con estos combustibles.

Menos permisos a privados y los contratos a revisión

La última reforma, hasta ahora parada, también incluye la revisión de los contratos otorgados durante las últimas administraciones a los productores independientes y los permisos de autoabasto, una figura que es principalmente utilizada por los grandes consumidores industriales, a los que el presidente ha acusado de generar pérdidas a la compañía estatal.

Este punto permitiría a la administración federal cancelar aquellos permisos y contratos que considere que no representan beneficios para el Estado.

La política de confiabilidad del sistema eléctrico nacional, publicada por la Secretaría de Energía en mayo del año pasado, daba al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) la posibilidad de cancelar nuevos permisos de interconexión, si es que la dependencia dirigida por Rocío Nahle considera que la zona está saturada.

Alinear a los reguladores

El ejecutivo ha hecho distintos intentos por regresar a la rectoría del Estado a los reguladores del mercado eléctrico, principalmente a la Comisión Reguladora de Energía (CRE), que tiene mayor incidencia en las actividades de generación eléctrica. Y ahora, la nueva reforma, podría incluir un cambio para el regulador.

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En el programa sectorial 2020-2024 de la Sener, que fue impugnado por la organización Greenpeace –pues contenía una serie de medidas en contra de las renovables–, la administración federal menciona justamente que es necesario que los órganos reguladores coordinados en materia energética se alineen con el Estado para recuperar la guía sobre el mercado eléctrico.

Y en una reunión en Palacio Nacional, en septiembre pasado, el presidente pidió a los reguladores, que en teoría son autónomos, sumarse a su proyecto energético. Pero hasta ahora las leyes no permiten al presidente realizar grandes cambios en los reguladores.

CELs para la CFE

El primer cambio hecho por la administración federal al mercado eléctrico consistió en un cambio a los Certificados de Energías Limpias (CEL), un instrumento diseñado en el gobierno pasado para incentivar la construcción de nuevas centrales eléctricas y que sólo podían ser entregados a las nuevas obras de generación renovables.

Pero la administración federal propuso en octubre pasado que las plantas antiguas propiedad de la CFE, que funcionan con algún método renovable, puedan recibir estos certificados.

Hasta ahora, este cambio ha sido suspendido por los jueces en competencia, en espera de una resolución final.

La CFE, la rectora de la política nacional

La política de Confiabilidad Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Elétrico Nacional, publicada en mayo del año pasado y detenida en juzgados, había puesto sobre la mesa un papel rector de la CFE sobre la política eléctrica, un papel que tras la reforma fue desdibujado, pues la compañía se convirtió en un jugador más del mercado, abierto a los privados.

La política, que la Sener ya ha declarado como no viable , daba a la Comisión la facultad de decidir cuáles son los proyectos que podían desarrollarse o no por compañías privadas y cuáles son aquellos que la estatal podría desarrollar de manera exclusiva.

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