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Tequila Clase Azul va por el mercado mexicano, tras ganar en el internacional

Los creadores de esta marca premium voltean al mercado nacional mientras se ubican como uno de los tequilas 100% agave comercializados a nivel mundial.
mar 21 diciembre 2021 01:52 PM
Arturo Lomelí, su fundador y director general de Tequila Clase Azul
Arturo Lomelí, fundador y director general de Tequila Clase Azul, explica que el plan incluye organizar visitas turísticas en su hacienda de destilados.

Clase Azul ha convertido al tequila en una artesanía: desde su concepción, acentuando el olor y el sabor del agave, al diseño de una licorera hecha a mano. Un mimo que le ha hecho brillar en Estados Unidos, Europa y Asia y le ha llevado a que ediciones como el Clase Azul Ultra se haya convertido en objeto de deseo, después de que la estrella del basquetbol Michael Jordan fuera visto con algunas de estas botellas, con un precio que ronda los 36,000 pesos.

El portafolio de la casa tequilera también considera otros destilados: el Clase Azul Gold, Añejo, Reposado, Azul Plata y los mezcales Durango y Guerrero. Todos con una propuesta de diseño y producción distinta, que para Arturo Lomelí, su fundador y director general, son las características que destacan en su marca, con la que, después del éxito internacional, quiere conquistar el mercado nacional. “Habrá alguien que pueda comprar una botella cada seis meses o quien pueda comprar cada semana, pero nos queremos acercar a quienes se sienten orgullosos de México”, dice.

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Cada tequila y cada botella cuentan una historia distinta, pero tienen en común que son 100% agave, es decir, que todos los azúcares que se obtienen durante el proceso de fermentación proceden de la planta. La mayor parte de la producción en México de este tipo de tequila se dedica a exportación: en lo que va de 2021, se exportaron 136 millones de litros, 57.4% del total, según el Consejo Regulador del Tequila (CRT).

La estrategia de las tequileras artesanales de poner el ojo fuera del mercado local para capitalizar el reconocimiento y la poca competencia es habitual para abrirse camino y posicionar la marca, explica Ángel Méndez Mercado, analista financiero y académico en la Escuela Bancaria Comercial (EBC) y la Universidad La Salle. Y la preferencia por el tequila premium en el mundo va en aumento. Fortune Business Insights proyecta que el mercado mundial alcanzará un valor de mercado de 14,700 millones de dólares en 2028, con una tasa de crecimiento anual compuesta de 5.8% entre 2020 y 2028.

En México, la categoría de tequila es la que tiene un mejor desempeño, incluso las ventas en el primer trimestre del año superan a las reportadas en 2019, con un crecimiento de 9%, según datos de Nielsen IQ. “Cuando las marcas mexicanas deciden ‘regresar’, pueden lidiar con una mayor competencia. Vienen sólidas, con capital y ya pueden introducirse en el mercado. Estas son buenas estrategias para posicionarse y, aunque esto tarde, no es tan relevante porque vienen con el respaldo de las ventas internacionales”, señala Méndez.

Una historia de un cuarto de siglo

Casa Azul nació en las reuniones que Lomelí y Juan Sánchez, su socio y presidente de la empresa, tenían en un auto y una cocina familiar, en 1997 en Guadalajara. Entonces, estaban enfocados en afianzar la cadena de producción y los envases de cerámica. Ahora, ya instalados en Estados Unidos, los directivos han logrado adaptar su modelo de negocio a ese mercado, desde donde se abrieron camino.

La tequilera tiene una fábrica de cerámica en Tepatitlán de Morelos, en donde alista la instalación de su hacienda de destilados, en la que habrá tours para visitantes, aunque aun no se revela la fecha de inauguración. También tiene una fábrica de tequila en Atotonilco el Alto y otra en Arandas, en Jalisco. A esto se suma una más de cerámica en Santa María Canchesda, en el Estado de México. Para la producción de mezcal hay una planta en Durango y los socios realizarán una nueva inversión, aún por definir, para ampliar la de Guerrero. La compañía es dueña de una tercera parte del total de agaves que requiere para su producción, una cifra no revelada.

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“Somos una empresa mexicana privada, independiente. Hemos puesto muy bien el control de la cuestión productiva en México y hemos conocido cómo son los modelos de negocios en Estados Unidos, principalmente, y ahora en Europa, a través de nuestras propias importadoras. Nosotros importamos nuestro producto y seleccionamos a los distribuidores por cada mercado o país que realmente entiende nuestra estrategia”, señala Lomelí.

Con una generación construyendo marca, el directivo considera que la propuesta de valor fue la correcta. Enfocada en calidad y artesanalidad, ha llevado a la compañía a tener crecimientos en ventas de doble dígito en los últimos ocho años.“Hay dos cosas que van a marcarnos el límite de producción: cuando no podamos mantener la calidad, o cuando el mercado nos empiece a pedir dinero para seguir creciendo [que la marca tenga que ofrecer promociones]. Cuando estos escenarios lleguen, vamos a dejar de producir, pero por ahora creemos que el mercado del mundo puede llevarnos a crecer diez veces más”, asegura.

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