¿Qué pretende la mujer en la foto? ¿Provocar un incendio? ¿Siente fascinación especial por el fuego? La imagen despierta curiosidad.
Nuestra protagonista en realidad persigue fines mucho más prácticos: probar la resistencia a las llamas de una tela ignífuga presentada en una reciente feria de modas en Medellín, Colombia. La atención de su mirada, sin embargo, remite a temas mucho más profundos.
El fuego parece evocar en nosotros un interés primigenio, cautivarnos...
Puede ser por su capacidad para reunirnos en torno suyo, para llamarnos con su luz y calor (como lo sigue haciendo con las tribus). También puede ser por su fuerza para representar el inicio y el fin de un periodo (piense, por ejemplo, en el pebetero olímpico). Quizá sea, por último, por el respeto que nos infunde su poder para crear, transformar y destruir.
Prometeo simboliza la importancia de las llamas. Por eso las robó a los dioses para entregarlas a los mortales y, según Esquilo, de esa manera nos otorgó el conocimiento y "la ciega esperanza".
El fuego atrae y conforta, ahuyenta y produce temor, calienta pero también reduce a cenizas. Más nos vale saber manejarlo.