Un músico y periodista comparte sus recuerdos sobre John Lennon
Como millones alrededor del mundo, yo debo las decisiones tempranas en mi carrera a The Beatles .
A mis seis años, me "desvelé" una noche para ver los Fab4 lanzarse al escenario mundial en el Show de Ed Sullivan.
También hubo noches en que caminé al Teatro Plaza en el centro de Glasgow, Kentucky, para escuchar Help y A hard day's night.
Agradezco a Ringo por mi amor a las percusiones, que se manifestó a través de latas de café y brochas, hasta que pude conseguir una batería de verdad.
Más adelante en el tiempo, yo era un artista genuino, viajando por el mundo con varios músicos. Tenía una medalla de oro en mi pared.
El 8 de diciembre de 1980 fue un día libre.
Estaba en el camino con el mago del jazz Vassar Clements, en algún lugar de Pennsylvania. Nos quedamos a dormir esa noche para que un equipo de televisión pudiera seguirnos el día siguiente, mientras llegábamos a Nueva York para una serie de presentaciones.
La televisión en el cuarto de hotel pasaba el futbol americano de lunes por la noche, cuando el mundo cambió. El presentador de deportes Howard Cosell nos dijo que John Lennon había sido asesinado esa noche en Nueva York.
Nuestro viaje tomó un sentido distinto.
Después de la prueba de sonido, el productor de campo y yo tomamos el metro a Columbus Circle y comenzamos a caminar por el oeste de Central Park hacia el Dakota, el edificio de apartamentos donde John Lennon vivía y donde fue asesinado.
Mientras caminábamos, parecía que alguien había cubierto la ciudad con una manta gris y triste. Había tráfico en las calles y gente hablando, pero el aire estaba silencioso.
Al doblar la esquina, escuchamos la serenata de Give peace a chance e Imagine, cantadas por miles de fanáticos. Algunos sostenían velas, otros flores. Todos traían recuerdos.
Nos unimos a ellos.
Había mucha tristeza ese día y muchas lágrimas, pero fueron eclipsadas por la paz, el amor y los recuerdos. Y la música.
Nunca lo olvidaré.
Cuando mi hijo nació en 1987, lo llamamos Dakota.
Algunos años más tarde, cambié mi vida en autobuses por un asiento distinto, para observar la historia. Cambié el estudio de grabación por el cuarto de control de CNN.
Treinta años más tarde, The Beatles y John Lennon siguen viviendo. Tal como la música. También su legado. También la esperanza – de que algún día el mundo dé una oportunidad a la paz. Imagina.
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