Receta para convertirse en autor de misterios culinarios
¿Por qué la comida y el asesinato se llevan tan bien?
Quizás se debe a que presenta una deliciosa paradoja, una combinación de elementos de confort y alteración que juegan con la imaginación y con el paladar simultáneamente.
“El asesinato es la privación de la vida”, dice la autora de misterios culinarios Diane Mott Davidson. “Hablar de comida afirma la vida”.
Davidson puede relacionarse a la cocina como una terapia que fomenta el proceso de creación literaria. Cuando planea sus tramas para sus nuevos misterios de catering Goldy Schulz, Davidson encuentra cierta relajación en su cocina, creando recetas simultáneamente para incluirlas en los libros.
“La comida es una ayuda nemotécnica muy poderosa”, dice la autora de misterios culinarios Katherine Hall Page. “Recordamos lo que comíamos de niños, y tenemos una asociación muy positiva con la comida. Después la emparejamos al crimen, y eso da un giro a la historia. Tenemos la comida de confort, después nos preguntamos qué está pasando aquí… es un elemento sorpresa, de suspenso. Y claro, el veneno lo complica todo”.
Para Denise Swanson, autora de los misterios de Scumble River, la comida es el aspecto de confort en sus libros. Los lectores hambrientos de “misterios cómodos” más que de las novelas de suspenso, sienten cierta comodidad psicológica en la inclusión de la comida.
“Aunque estamos hablando de asesinato, en realidad estamos escribiendo sobre la vida cotidiana”, dice Swanson. “El asesinato es algo extraordinario que ocurre en la vida cotidiana de nuestros personajes. Nuestros detectives están en medio de lo que siempre hacen”.
Swanson, mitad italiana y mitad sueca, se inspiró del lugar en el que creció. “La comida tiene un gran papel en la vida de un pueblo pequeño”, dice Swanson. “La región norte-centro de Estados Unidos es el único lugar en el que puedes comer una ensalada de gelatina con pretzels machacados y fresas. Yo tengo la tradición de incluir mis recetas familiares que combinen con el sabor del libro”.
La comida ya es la base de las relaciones en la sociedad, una forma de conectarnos o de identificar personalidades según lo que comemos, dice Swanson. Si le agregas una novela policíaca, la gente no podrá evitar sentirse intrigada.
Los platillos y sabores regionales también agregan un toque reconectando a los lectores con sus sabores favoritos de la infancia o presentándoles los alimentos de culturas nuevas.
Los misterios culinarios combinan todos los ingredientes adecuados de un acertijo suntuoso: los detectives amateurs peculiares, elementos de peligro y una fabulosa gama de locaciones con personajes coloridos.
Estos autores de misterios ‘tradicionales’ y ‘cómodos’ saben que incluir la comida también funciona para hacer que los lectores se sientan seguros. La justicia ganará al final, dice Page. “No te voy a dejar con una visión lóbrega del universo, y habrá buena comida en el trayecto”.
Los autores que escriben misterios culinarios ya disfrutan la cocina. “Los elementos literarios de un crimen son como una receta. Tienes los ingredientes, o pistas, y después hay que seguirlos paso a paso para unirlos. Los metes al horno, eso es el misterio, y después sale un pastel, o la solución”, dice Page.
Ya sea que estés de vacaciones o necesites despejarte de un día frenético, leer un misterio culinario y caer en la comodidad e incluso sensualidad de la fusión entre la comida y el asesinato es irresistible.
“La gran mayoría de los lectores de misterios son mujeres”, dice Natalee Rosenstein, directora ejecutiva del grupo publicitario Penguin. “Ven sus propias vidas reflejadas en estos personajes”.
Los lectores pueden sentirse cómodos con la comida mientras leen sobre violencia inaceptable. “Es una combinación interesante, la muerte, la comida y el asesinato”, dice la Dra. Susan Kavaler-Adler, psicóloga clínica y psicoanalista especializada en duelo. “La pérdida no es tan simple; involucra muchos problemas de agresión. La comida de confort puede eliminar momentáneamente sentimientos que contienen agresión o miedo”.
“Cuando están a un nivel visceral, ahí es cuando algo como una rica comida puede aliviar la toxicidad del sentimiento, pero es una solución temporal. Parece que estos misterios culinarios usan la comida para contrarrestar algo en la ira expresada en los asesinatos de verdad”.
Muchos escritores que mezclan sus asesinatos con una buena comida citan al personaje bien comido en los libros de misterio de Nero Wolfe que después se volvieron series de televisión. Como fan de Wolfe, Page publicó su primer misterio culinario en 1989.
“Creo que lo nuevo es que hay géneros que despiertan la imaginación del público”, dice Rosenstein. “La gente lee por entretenimiento, y mientras lo hacen, están comiendo unas galletas y tomando un té”.
¿Qué llegó primero, el crimen perfecto o la receta perfecta? Al igual que Davidson, Page y Swanson, Livia Washburn, autora de la serie Fresh Baked, desarrolla sus recetas mientras trabaja en cada libro, dando toques hasta el último minuto para dar un resultado, dice. Al igual que su detective, que trabaja en un acertijo, los toques en la receta son de ensayo y error.
“Intentar resolver un crimen es como intentar crear una buena receta”. Dice Washburn. “Debes probar un poco de esto, un poco de aquello, y ver cómo se unen los elementos”. La inclusión de recetas en la contraportada de los libros también es un aspecto popular entre los lectores. Al principio, Page no quería incluirlas, pero cuando los lectores comenzaron a pedírselas por correo, Page sabía que era hora de compartirlas.
Pero por la cantidad de tiempo que estas novelas han sido populares, ¿por qué el boom repentino?
“Los misterios culinarios llegaron para quedarse”, dice Rosenstein. “Tomó mucho tiempo que las mujeres escritoras de misterios y las escritoras de misterios cómodos obtuvieran el respeto de la comunidad del género de misterio. Se hicieron ver, y fue difícil ignorarlas”.
Page, también autora de Have Faith in Your Kitchen, una colección de recetas basada en las recetas en la serie de Faith Fairchild, usa una cita de un francés de finales del siglo XIX al principio de su recetario para describir la relación entre el asesinato y la comida.
“El mal gusto genera crímenes”, cita Page. “Es una maravillosa encapsulación de cómo los dos se unen”.