Un forense de TV explica el efecto de la serie 'CSI' en los juicios
Robert David Hall no es un médico, pero interpreta a uno en televisión.
De hecho, Hall es el patólogo con más antigüedad en el horario estelar televisivo como el doctor Al Robbins, el médico forense en CSI, que la noche de este viernes entra en su temporada número 12. (Sí, eso es cinco años más y 100 episodios más que Jack Klugman de Quincy M.E.).
A pesar de su éxito —de hecho, debido a su éste— hay un papel en la vida real que parece escabullírsele a Hall a pesar de numerosos llamados: el de un miembro del jurado en un juicio.
“Me han pedido que funja como jurado en varias ocasiones”, dice Hall. “Cada vez que me presento en el tribunal y me reconocen, me echan del jurado”.
¿Se trata de un sesgo en contra de los actores? ¿Es porque ha estudiado minuciosamente libros de anatomía y sido testigo de autopsias para prepararse para su papel? ¿O es porque ha interpretado a jueces en L.A Law y The Practice?
Lo más probable es que él sea simplemente una víctima más de lo que los abogados han calificado como el efecto CSI, donde se describe que los miembros tienen expectativas poco realistas sobre el trabajo forense, por lo cual ejercen más presión sobre los fiscales para que brinden evidencia más científica y menos circunstancial en el juicio. Entonces, ¿quién querría a un patólogo forense de televisión liderando potencialmente las deliberaciones del jurado?
“Yo entiendo los problemas que tienen los fiscales, tal vez, con los jurados esperando evidencias tipo programa CSI”, dice Hall, quien agregó que tiene un aprecio por el campo legal porque hay varios abogados en su familia. De hecho, el actor dice que podría haber seguido los pasos de su padre después de ser admitido en la escuela de derecho, pero optó por el mundo del espectáculo.
Se dice que el efecto CSI surgió unos años después de que el drama se estrenará en TV en el 2000. Hall, uno de los personajes originales de la serie, recuerda que la gente en el estudio apreciaba el reconocimiento cultural más allá de las exitosas cifras de Nielsen.
“Esperábamos que fuera porque el guión, la producción y la actuación eran tan buenas que parecían reales”, recuerda Hall.
Pero con los años, Hall dice que cree que el efecto CSI ha sido exagerado. Él cree que las personas son capaces de discernir entre una representación ficticia del trabajo forense y el trabajo real de capturar a los criminales , que dice que es, evidentemente, no “tan fácil e ingenioso”, como CSI.
“Ellos no tienen una iluminación especial y música misteriosa de fondo”, dice Hall acerca de los que trabajan en los laboratorios forenses de Estados Unidos.
“Mi mayor esperanza es no poner en vergüenza a un patólogo o a un médico forense”, explica, añadiendo que sus cuatro años de Latín en la preparatoria le ayudan con sus diálogos médicos. “Doy gracias a Dios de que soy un actor y no un patólogo verdadero”.
En cuanto a ese otro papel, esperará otro llamado y probablemente un nuevo rechazo al tratar de ocupar un asiento en el palco de un jurado.