Difícil la recuperación antropológica de entierros prehispánicos: INAH

El estudio del entierro prehispánico que fue hallado este fin de semana en una cueva en Chiapas, en la frontera con Guatemala, será difícil debido al levantamiento que hicieron las autoridades estatales y federales.

La recuperación antropológica de los elementos que podrían dar el análisis del sitio donde fueron localizadas más de 160 osamentas ha sido obstaculizada por estas primeras investigaciones de las autoridades, que posiblemente confundieron el hallazgo con un cementerio clandestino contemporáneo.

Según el delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Chiapas, Emiliano Gallaga, cuando fueron notificados del hallazgo por parte de la Procuraduría General de la República, algunas de las osamentas ya se habían levantado.

El resto de la extracción se hizo en pocas horas ese mismo día. Luego fueron depositadas en bolsas plásticas y trasladadas a la Procuraduría estatal ubicada en la capital del estado. Ahí nuevamente se les sacó de las bolsas para ser presentadas a algunos medios de comunicación.

“Entendemos la premura e importancia que le dio la PGR, porque seguramente pensó que se trataba de un hecho relacionado con las acciones contra la delincuencia organizada. Querían ver si esto no se trataba de un evento de esta naturaleza”, consideró Gallaga.

El tratamiento que se le dio al caso hizo que “mucho del contexto que habría permitido establecer los patrones culturales, ya está afectado por la recolección de las osamentas. El contexto arqueológico ya fue movido y cambiado, eso nos quita mucha información. Mucha información ya se perdió”, detalló.

“Aquí lo que resta es ir al sitio y ver qué tanto fue la remoción y el daño que se hizo al contexto arqueológico. Aún así hay que sacar la mayor información posible, hay que hacer un proyecto de salvamento sobre el sitio, el cual puede llevar meses o años”, sostuvo el delegado.

Explicó que el INAH deberá notificar de manera formal que las osamentas corresponden a un entierro prehispánico, para declarar las osamentas y el resto de los elementos como Patrimonio Cultural de la Nación. Con ello la Procuraduría le deberá entregar las piezas a fin de ponerlas bajo resguardo. Posteriormente se harán los estudios de antropología física detallados.

Este lunes, Gallaga, junto con el antropólogo físico Javier Montes de Paz, del Centro INAH-Chiapas, realizó la primera revisión de los restos y ratificaron que estos son de origen prehispánico.

Las osamentas que el pasado 11 de marzo fueron extraídas de una cueva ubicada en el municipio Frontera Comalapa corresponden a restos pehispánicos que tienen la característica de los entierros mayas del periodo Clásico Tardío y principios del Posclásico (700-800 a 1100-1200 D.C.).

Este sería el segundo entierro que se localiza en la región. El primero fue en 1976, en otra cueva que fue bautizada como Las Banquetas, ubicada en el municipio La Trinitaria, colindante con el de Frontera Comalapa. Ahí se localizaron 124 cráneos de personas que vivieron en este mismo periodo.

“Los aspectos considerados para esta determinación fueron varios, entre ellos que en algunos cráneos se observa la práctica de la deformación craneana intencional, es decir tienen la cabeza deformada del tipo tabular erecta con una variante llamada fronto lambdica, como la practicaba la población de la época", refirió Montes de Paz.

Emiliano Gallaga dijo que el análisis conjunto de los elementos es importante por el número de personas que ahí fueron enterradas. Ello permitirá saber elementos de las actividades, la alimentación, las rutas de comercio, prácticas de trabajo y patrones funerarios. “Cosas que nos den elementos sobre los patrones culturales de esa región en ese tiempo”.