Autoridades y medios de Irán critican el premio Oscar para 'Argo'
Funcionarios y medios de Irán criticaron la cinta Argo, del director estadounidense Ben Affleck, después de que la Academia de Hollywood la premiara con un Oscar, en la categoría de Mejor película.
El ministro de Cultura y Orientación Islámica de Irán, Mohamad Huseini, expresó en Teherán que Argo "carece de valor artístico" y es "antiiraní", según un reporte de EFE.
"No esperábamos que los enemigos de Irán hicieran nada bueno", agregó Huseini, en declaraciones a PressTV, que retomó la agencia española.
En opinión del ministro, Argo (2012) obtuvo el Oscar "mediante una gran inversión y extensa propaganda para atraer la atención internacional".
"Teniendo en cuenta que Hollywood actúa contra Irán, tenemos una gran responsabilidad (...) y produciremos películas que retraten la realidad de la gente en todo el mundo", expresó Huseini.
La televisión estatal iraní consideró que el premio a la película había sido “el Oscar más político”, según AFP. La emisora acusó a Affleck de especializarse "en la exageración, en la desproporción de las cosas y en la creación de escenas falsas".
No hubo reacción inmediata de las autoridades iraníes.
El hecho de que Michelle Obama, esposa del presidente de Estados Unidos, anunciara el nombre de la Mejor película , también generó críticas en Irán.
Su participación "aumenta la especulación de que premiar esta película tenía un motivo político", según la televisión estatal iraní.
Argo, que obtuvo además el Oscar a Mejor guión adaptado y a Mejor edición, narra cómo la CIA, con la ayuda de Hollywood, rescató a seis diplomáticos estadounidenses ocultos en la casa del embajador de Canadá en Teherán, durante la revolución iraní en 1979.
Otros 52 rehenes fueron retenidos en la embajada estadounidense durante 444 días en una acción que provocó la ruptura de relaciones diplomáticas entre Washington y Teherán, recordó AFP.
Irán y Estados Unidos están confrontados en una serie de temas, entre ellos las ambiciones nucleares de Teherán. Occidente e Israel sospechan que el país árabe tiene un objetivo militar, a pesar de las reiteradas negativas del gobierno iraní.