Jobs, un retrato 'crudamente honesto' del fundador de Apple
La nueva película sobre la vida de Steve Jobs, protagonizada por Ashton Kutcher, recrea las batallas internas y externas que el fundador de Apple tuvo durante sus primeros años para llevar a la compañía al destacado sitio que ocupa en el mundo de la innovación tecnológica.
La cinta que se estrena este viernes en Estados Unidos presenta un “retrato crudamente honesto” del hombre conocido por ser el visionario detrás de Apple y al mismo tiempo un perfeccionista, controlador y casi un dictador en su compañía, afirma el periodista Owen Gleiberman en una reseña de Entertaiment Weekly.
El carácter y mentalidad de Jobs se fue desarrollando desde su juventud, cuando dejó la universidad para concentrarse en la apuesta de su vida por el mundo de los ordenadores personales.
La cinta, titulada Jobs, comienza en 1974 cuando el joven de 19 años, originario de San Francisco, se asocia con su amigo Steve Wozniak —interpretado por Josh Gad— para producir sus primeros ordenadores en un pequeño taller de California.
Tienen que fabricar 50 unidades en tan solo dos meses para cumplir con un contrato de una pequeña tienda local. “La película recrea perfectamente la imagen de ansioso trabajador, geek de garaje, del fundador de la era de las computadoras caseras”.
Al mismo tiempo, Jobs lucha con sus problemas personales que van pasando a un segundo plano conforme la vida del joven se sumerge en el naciente mundo de la tecnología de cómputo. Uno de ellos es cuando su novia le da la noticia de que está embarazada, lo que le trae un conflicto que cimbra su carrera.
Entonces llega el momento de la fundación de Apple, que para Jobs no es la creación de una simple compañía, sino todo un seminario sobre la naciente innovación tecnológica. Cualquiera que no comparte su visión va quedando fuera del negocio.
“Steve Jobs, en los años posteriores a la fundación de Apple, se obsesionó tanto con la creación del producto de la computadora casera perfecta que se convirtió en un mal hombre de negocios, despilfarrando millones de dólares en investigación y empantanando a la empresa”, dice Gleiberman, quien recuerda los paralelismos con la historia de La Red Social y la historia del fundador de Facebook.
Como varios impulsores de Apple en sus inicios, el inversionista Dermont Mulroney —interpretado por Mike Markkula— colabora con Jobs durante dos décadas, pero termina siendo echado sin consideración, lo que remarca las actitudes que Jobs llegó a desarrollar en su vida.
“La idea irónica de la película es que la humanidad Jobs está ahí, en esa locura perfeccionista. Empuja y empuja para que los ordenadores personales cada vez sean más atractivos, accesibles y fáciles de usar, y ese es su gran regalo para el mundo”, dice Gleiberman en su reseña.