La 'maldición' del Oscar que han sufrido muchas celebridades
Eddie Redmayne, ¡felicidades! ¡Ganaste un Oscar!
Ahora debes tener cuidado.
Si de verdad existe una “maldición del Oscar”; ese mal que repentinamente toma a algunos ganadores de la estatuilla y que lleva a sus carreras que alguna vez fueron brillantes a una oscuridad, el ganador a mejor actor podría ser una probable víctima.
Entre el grupo reciente de ganadores del Oscar, la estrella de La teoría del todo haría bien en tener cuidado.
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Es joven, con solo 33 años, podría ser un blanco fácil tanto para el estrellato con películas de gran presupuesto como para papeles masticables. Algunas películas más como El destino de Júpiter, la bomba actual de los hermanos Wachowski que presenta a Redmayne en un gran papel, y podría ser la respuesta a las preguntas de trivia de los Oscar en 2025.
Los otros ganadores de este domingo podrían no tener los mismos retos. J.K. Simmons, quien ganó a mejor actor de reparto por Whiplash, ha sido un personaje pilar durante años; podría comenzar a obtener mayores cheques, pero el trabajo debe permanecer estable. La ganadora a mejor actriz, Julianne Moore (Siempre Alice) es una estrella establecida y probablemente tiene muy poco riesgo de salirse de los rieles.
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Y Patricia Arquette, la ganadora a mejor actriz de reparto por Boyhood, ha hecho una carrera al combinar elecciones de cine con trabajo estable en televisión. De hecho, es la estrella de CSI: Cyber, que se estrena el 4 de marzo.
Ahora, la “maldición” podría ser un poco fuerte. Algunos actores como Mercedes Ruehl (The Fisher King) o F. Murray Abraham (Amadeus) fueron tipos de personaje que fueron muy golpeados. Sería improbable para ellos que repentinamente se hicieran protagonistas exitosos.
Otros actores prefieren escoger papeles interesantes en pequeñas y peculiares películas en lugar de dejar que la maquinaria taquillera de Hollywood los encasille.
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Por otro lado, hay varios actores; especialmente las actrices Gwyneth Paltrow, Renee Zellweger y Halle Berry, que tuvieron juventud, buen aspecto y habilidades y se situaron como protagonistas. Pero ya sea a través de malas elecciones de guión, audiencias volubles o sesgos en la industria del cine, sus películas posteriores a ganar el Oscar se derrumbaron. (Muchas de las personas en esta lista parecen ser menos la víctima de una “maldición” que las preconcepciones de la industria sobre los papeles de las mujeres).
Ciertamente el Oscar es un honor maravilloso, un prefijo permanente al nombre de un actor. Pero algunos podrían preguntarse si todo el escrutinio y estrés de la alfombra roja valió la pena.
