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‘100 empresarios’, un ranking masculino

“Sólo hay tres mujeres en la lista”, apunta la CEO de Softtek en una carta publicada por Expansión; la ejecutiva llama a los empresarios del ranking a formar altas ejecutivas desde sus familias.
dom 03 noviembre 2013 06:00 AM
Blanca Treviño tiene el lugar 61 en el ranking 2013 de 'Los 100 empresarios más importantes de México'. (Foto: Duilio Rodríguez / Revista Expansión)
blanca treviño softtek (Foto: Duilio Rodríguez / Revista Expansión)

"Me llama la atención ver que sólo hay tres mujeres en la lista" de ' Los 100 empresarios más importantes de México ' de la revista Expansión escribe la presidenta y CEO de Softek, Blanca Treviño de la Vega, en una carta dirigida a los ejecutivos que integran el listado.

Treviño, quien se ubica en la posición 61 del listado 2013, señala que el ranking incluye a un número importante de empresarios de segunda y tercera generación, todos ellos hombres, y se pregunta por qué no hubo descendientes mujeres que pudieran o quisieran conducir las empresas que crearon sus familiares.

La CEO enfatiza que la formación de mujeres empresarias debe darse desde el seno familiar y de esta manera construir una nueva cultura para las siguientes generaciones.

Desde 2009, la revista Expansión invita a empresarios, políticos y periodistas a enviar un mensaje a algún personaje del mundo ejecutivo o político, a propósito de la publicación de su ranking que incluye a los hombres de de negocio más influyentes del país.

A continuación la versión completa de la carta publicada por Expansión en su edición del 11 de octubre de 2013 .

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Formemos empresarias
De: Blanca Treviño de la Vega
Para: Los 100 empresarios
Con frecuencia participo en foros internacionales cuyo tema es el papel de la mujer en los negocios y en los consejos de administración. Esto me ha dado la oportunidad de conocer las historias y las dificultades que superan muchas mujeres en su desarrollo profesional, para ganarse los puestos ejecutivos.
Esto siempre me hace reconocer que, sin duda, he sido privilegiada. He podido tener una vida familiar plena y oportunidades profesionales extraordinarias. Me encanta ser mamá y disfruto ver el crecimiento y el posicionamiento de una empresa que vi nacer. Desde niña me sentí impulsada y acompañada por mi familia y después apoyada por un grupo de socios maravillosos.
En el camino profesional siempre habrá retos que superar y éstos nos hacen crecer con el aprendizaje que dejan. Sin embargo, más allá de la apertura de espacios para el género femenino, existen factores que son aún más determinantes para que las mujeres ocupen posiciones importantes en las empresas: las limitaciones que se pone la mujer junto con el entorno familiar y social.
Quiero usar el listado de 'Los 100 empresarios' para resaltar este punto y acotarlo a las grandes empresas de tradición familiar, donde asumo no debiese existir el 'techo de cristal'. Si bien sé que por diversas circunstancias familiares, sociales o personales, no toda mujer aspira al desarrollo en el entorno laboral, me llama la atención ver que sólo hay tres mujeres en la lista. El listado incluye un número importante de empresarios de segunda o tercera generación, todos ellos hombres, que ahora conducen los destinos de empresas que crearon sus familiares. Son ejecutivos que se han formado y esforzado para tener los puestos que hoy ocupan. Surge el interés por entender por qué no hubo descendientes mujeres que pudieran o quisieran acceder a la dirección.
Es cierto que, día a día, aumenta la participación de mujeres en puestos directivos y que muchas empresas han generado un entorno profesional que incentiva el desarrollo de ejecutivas talentosas.
Pero es aún más importante, como empresarios ser formadores de mujeres empresarias desde el seno familiar. Dotándolas del deseo, de la pasión y de las herramientas para ser parte activa de su legado. Como gestoras del crecimiento, con una presencia más fuerte tanto en la gestión de la empresa como en los consejos. Construyendo con ello una nueva cultura familiar para las siguientes generaciones.
Siempre he pensado que, en términos profesionales, hombres y mujeres buscamos el éxito por igual. Lo que nos diferencia es lo que entendemos como éxito.
Para nosotras, la trascendencia es fundamental, nos caracterizamos por cuidar y preservar lo que se nos encomienda, y lo hacemos de manera incluyente, somos un agente de unidad. Estoy convencida de que el gran reto de quienes dirigimos una empresa es preparar e impulsar a muchas más mujeres, incluidas nuestras propias familias, de manera que no queden al margen de la satisfacción que implica la construcción de empresas trascendentales.

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