Gabriel Contreras es la 'señal' del IFT
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| Empresa | Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) |
| Cargo | Comisionado presidente |
| Edad | 39 años |
| Lugar de origen | México, D.F. |
Desde que Gabriel Contreras es el comisionado presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) duerme poco, cuenta. Le preocupa la respuesta jurídica que generan las decisiones del instituto. Quizá, sueña con errores que perjudican a una industria que, en el mundo real, vale más de 400,000 millones de dólares (mdd) anuales en México.
Este 2014, la revista Expansión lo eligió para integrar su listado anual de las ’30 promesas en los 30’.
El estrés de Contreras comenzó en septiembre de 2013 cuando tomó el cargo. Una de sus primeras acciones fue iniciar el proceso para identificar a las empresas predominantes en radiodifusión y telecomunicaciones y las reglas para retransmitir señales de televisión abierta en sistemas cerrados (must carry-must offer).
“Quisimos privilegiar la técnica, el argumento jurídico y de ingeniería”, dice Contreras.
Pero el 12 de febrero, el IFT recibió una notificación de José Guadalupe Mejía, juez 32 de lo civil del Distrito Federal. El instituto, según el documento, carecía de autoridad para determinar la retransmisión gratuita de canales de televisión abierta en redes de cable.
“Me enteré de la llegada del oficio esa misma mañana. Al revisarlo, me di cuenta de que no tenía fundamentación ni motivación”, recuerda.
Contreras pidió a la Consejería Jurídica del Poder Ejecutivo una controversia constitucional. Una semana más tarde, la Suprema Corte revirtió la notificación del juez. Fue su primera victoria. Pero el 6 de marzo, el pleno del IFT fue más allá al declarar preponderantes a Televisa y a América Móvil .
El fallo implica 188 medidas aplicables a las compañías que estarán obligadas a compartir su infraestructura con otros competidores.
El impacto de estas acciones afecta a dos de los hombres más poderosos de México. Carlos Slim, que con América Móvil tiene a siete de cada 10 suscriptores de telefonía celular en el país, y a Emilio Azcárraga, que con Televisa controla tres cadenas nacionales de TV abierta y 89 de cada 100 pesos por publicidad.
No todos le dieron el visto bueno a Contreras: “Las medidas no son lo suficientemente materiales para cambiar inmediatamente el entorno competitivo donde operan estas empresas”, dice la agencia Fitch Ratings en un reporte.
Las compañías respondieron al fallo del IFT en tono cauto a través de comunicados a la Bolsa de Valores. “Evaluaremos el alcance e impacto”, dijo Televisa. “La resolución notificada se encuentra siendo analizada (...) a efecto de poder conocer los impactos que pudiera tener”, dijo América Móvil.
El camino de Contreras es sólo es el inicio
El viernes 7 de marzo, Gabriel Contreras anunció en una conferencia de prensa las medidas aprobadas contra Televisa y América Móvil. Sintió un leve respiro, dice, pero en el fondo sabía que el descanso era pasajero.
“Borré del pizarrón una serie de pendientes, pero anoté los que venían”, agrega. Al día siguiente, éste se volvió a llenar de proyectos. Hoy trabaja en la licitación de dos cadenas de televisión.
Además, tendrá que lidiar con la respuesta jurídica de Televisa y América Móvil, y será el responsable de los efectos de la legislación secundaria de la reforma en telecomunicaciones.
“Cuando se apruebe”, dice.
Mientras tanto, Contreras sabe que su primer esfuerzo por acotar la preponderancia de ambas empresas marcó un antes y un después en la historia de las telecomunicaciones en México.
“La jugada de Gabriel no es nada menor”, dice el profesor en temas de competencia económica del ITAM, especializado en el mercado de las telecomunicaciones , Ramiro Tovar, quien agrega que a falta de una ley secundaria de la reforma las medidas sobre preponderancia serán de las más importantes este año.
El ex consejero jurídico del Ejecutivo federal y ex colaborador de Gabriel Contreras, Miguel Alessio, celebra la labor del funcionario: “Es un experto en técnica jurídica. Hace documentos legalmente sólidos”.
El sábado 8 de marzo por la mañana, Contreras recibió una visita que, literalmente, le volvió a quitar el sueño: una de sus dos hijas lo despertó para jugar. Fue una pausa, dice, después de seis meses de días de trabajo de 14 horas, sin fines de semana.