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William & Son, sede para coleccionistas

Un evento promovido por aficionados a la colección de relojes culmina en Mayfair, Londres; las marcas ofrecidas, cuya rareza opacaba a Rolex y Omega, superaban 2.2 millones de pesos.
mar 30 junio 2009 08:50 AM
A la izquierda, William Asprey, dueño de William & Son muestra un relojes de colección en Londres durante la reunión de aficionados. (Foto: Reuters)
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Decenas de coleccionistas se reunieron el lunes para comprar algunos de los relojes más especiales del mundo, en un acto organizado por un grupo de aficionados blogueros. Compradores llegaron de todo el mundo a William & Son , una lujosa tienda del elegante distrito londinense de Mayfair, para admirar los relojes más exclusivos del mundo, algunos de los cuales superaban las 100,000 libras esterlinas (2.2 millones de pesos) cada uno.

El típico comprador millonario de marcas como De Bethune, F.P. Journe, Romain Gauthier y Moser, se ha "graduado" de grandes marcas como Rolex y Omega y busca ahora algo menos común, señalaron varios de los coleccionistas que acudieron a la venta.

"El coleccionista de relojes tiene un Bentley en el garaje y un Picasso en la pared, pero cuando entra en la oficina quiere llevar algo único, una obra de arte", afirmó David Witkover, agente en Norteamérica de la empresa suiza De Bethune.

"Es elegancia discreta", añadió.

Witkover mostraba el De Bethune Dream Watch 1, con caja de platino y que apareció como "Lo mejor de lo mejor" en la edición de junio de la revista de lujo The Robb Report . Está valorado en 123,600 dólares y está hecho de silicona forrada de platino.

Buenos relojes, buenos vinos

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Nicolas Fondaneche, de PurisSPro.com , que agrupa blogs sobre relojes de gama alta y ayudó a organizar el acto, señaló que coleccionar estas máquinas es parecido a la afición a los buenos vinos.

"Cuando empiezas a probar el vino, puede que te encante, pero no puedes decir la diferencia entre un vino de 50 euros y uno de 5,000", comentó.

La recesión global ha afectado a la demanda de relojes exclusivos, pero los coleccionistas serios nunca pierden el interés y depende de los fabricantes ponerles un precio competitivo, señaló Daniel Zimmermann, director de ventas de H. Moser & Cie.

"El mercado se ha vuelto más difícil", dijo. "Los dos años anteriores fueron una locura", añadió, en referencia a los elevados gastos que realizaron los profesionales de las finanzas antes de que la crisis bancaria golpeara con fuerza.

William Asprey, propietario de William & Son, que ha aparecido en el mercado en la década desde la venta del grupo de lujo Aspreys, mostró relojes que pertenecen a su familia como un Patek Philippe de bolsillo hecho de oro, un Reverso de los años 20 que pertenecía a su abuelo, y un Audemars Piguet de los años 60. No estaban a la venta, pero llamaban la atención de los visitantes.

Los adictos a estas máquinas sí podían comprar un Objeto de Tiempo, un gran armario con relojes que giran, con compartimento para puros, minibar y termómetro, así como con un reloj de mano central con batería para ocho días.

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