Santander y Azteca pelean favelas en Río
Los bancos han decidido apuntar a la base de la pirámide en Brasil; por ejemplo, en mayo la filial del banco español Santander inauguró su primera agencia en el Complexo do Alemão, un conjunto de 13 favelas de Río de Janeiro en donde viven unas 150,000 personas.
Esto no es una buena noticia para Banco Azteca , de Grupo Elektra, que busca instalar su modelo de microcréditos en ese país.
Para pisar fuerte en ese mercado, Santander flexibilizó sus requisitos. Mientras que el ingreso promedio exigido para abrir una cuenta en el banco es de unos 570 dólares al mes, en la agencia instalada en Complexo do Alemão los clientes sólo deben acreditar un salario mínimo de 286 dólares.
"Hoy, la agencia en el Complexo do Alemão ya se convirtió en una referencia para este segmento de bajos ingresos", asegura Jerónimo Ramos, superintendente del área de microcréditos de Santander.
La sucursal inaugurada en mayo es sólo el primer paso de un proyecto que el banco busca reproducir en otras regiones de Brasil.
Este año, Santander liberará 280 millones de reales (160 millones de dólares) en microcréditos, cifra que supera todos los microcréditos otorgados entre 2002 y 2009.
La apuesta no es gratuita: la recuperación económica de los últimos años y programas de subsidios, como Bolsa Familia, empujaron a 29 millones de personas a emerger de la pobreza en los últimos ocho años.
Santander no es el único que ve negocio en las favelas. El estatal Banco do Brasil anunció a fines de septiembre que abrirá agencias en Cidade de Deus y Rocinha, donde Bradesco ya tiene una sucursal.
Cada vez más, "los bancos le están quitando clientela a las cadenas minoristas", dice Luis Miguel Santancreu, economista de la agencia de calificación Austin Rating, en São Paulo.