En medio de la discusión sobre la reforma tributaria, la mirada de los legisladores apunta de nueva cuenta al aumento del gravamen a las bebidas alcohólicas, a través del Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS). Raúl Sánchez Kobashi, director de la Asociación Nacional de Fabricantes de Cerveza (ANFC), argumenta su postura.
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¿Cuál es la situación impositiva?
-La industria cervecera representa 3.8% de la tributación fiscal, lo que equivale a $20,000 millones de pesos por concepto de IEPS, IVA e ISR, sin considerar otras cuotas como el seguro de los trabajadores y licencias que se pagan a estados y municipios.
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¿Cuál es su opinión sobre más gravámenes?
-El crecimiento depende de que se continúe invirtiendo –este año la cifra será de $700 millones de dólares– y que se tengan impuestos competitivos. En Estados Unidos se tiene en promedio un IEPS de 10% e IVA de 7%; en México estas cantidades son 25% y 15%, respectivamente.
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Pero el IEPS aumentó en 1997...
-En 1986 se tenía un IEPS de 21.5%, que subió a 25%. Ya con el Tratado de Libre Comercio se dio una baja de 1% anual hasta 19%; en esta época se vio lo competitivo de la industria, porque no hubo pérdida de recaudación de esta imposición. En 1997, para apoyar a los estados y municipios, se aumentó nuevamente a 25%. En realidad hubo un error de cálculo, porque con 22% se cubrían las necesidades del erario. El descenso en los precios del petróleo provocó que la suma se fijara de modo permanente, aunque se trataba de un fenómeno temporal.
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¿Cuál es su propuesta?
-Reducir anualmente 1.3% el IEPS hasta llegar a 19%, sin que disminuya la recaudación. De lo contrario la industria cervecera tendrá sólo dos opciones: seguir invirtiendo para generar valor o que la compren los extranjeros, como ha ocurrido con otros sectores.
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