A ponerle fibra
Un resplandor de sol cala el rostro de Cecilio Martínez mientras exprime una -penca de agave entre la madera y el hierro. Él es uno de los miles de -campesinos que sigue la costumbre centenaria de extraer de una planta llamada -lechuguilla de la fibra de ixtle.
- Como otros ejidatarios, Cecilio lo hace en la Sierra del Catorce, un lugar -pedregoso que une a San Luis Potosí, Nuevo León y Zacatecas. En ningún caso -la producción de esta fibra es el único ingreso de quien la trabaja. Les sirve -para embolsarse unos pesos que agregarán a la venta de ganado o a la cosecha de -maíz o frijol.
- En otra época fue diferente. La memoria colectiva del lugar casi no alcanza -para recordar cuando hace 200 años los barcos europeos llegaban a la -desembocadura del río Pánuco para cargar la “Fibra de Tampico”. De ahí -era llevada hasta Hamburgo donde se abastecía a los fabricantes de cepillos.
- En cambio, está más fresco el recuerdo de la gloria que logró hace tres -décadas cuando se exportaban 51,000 toneladas al año y más de un millón de -campesinos dependían de esta actividad. Ahora sólo queda eso: El recuerdo. Hoy -se vende menos de 4% de lo exportado hace 50 años y sólo 32,000 campesinos -trabajan con esta fibra.
- “La lechuguilla ha sufrido mucho por la competencia con las fibras -sintéticas”, dice Brad Pelton, director de Amex, una distribuidora de esta -fibra ubicada en San Antonio, Texas.
- Otros factores propiciaron la caída de esta actividad. El enorme grupo de -campesinos dedicados a la fibra era un plato muy apetitoso para los políticos -de entonces, quienes luchaban por asegurar el llamado voto verde, el del campo, -uno de los más leales al PRI.
- En la caída del imperio de la lechuguilla hay ambición. La empresa que -tenía el monopolio de la exportación, en su afán por manipular el precio de -compra y venta, puso en marcha prácticas del Chicago de los años 20, lo que -destruyó la confianza de los agricultores y compradores.
- Pero la tendencia de ciertos consumidores a preferir lo natural sobre lo -artificial abre la esperanza a que esta fibra renazca el fuego de sus cenizas y -recupere el lugar que alguna vez tuvo. La tienda inglesa The Body Shop, por -ejemplo, incluye en su catálogo esponjas y estropajos fabricados con este -material mexicano.
- Pero mientras no suceda, Cecilio Martínez está decidido a aprovechar esta -fibra para embolsarse unos cuantos pesos y de paso recordar las épocas de -gloria de esta actividad.
- Contra lo sintético
-El desierto de Chihuahua parece más apto para producir cascabeles y coyotes -que fibras vegetales. Sin embargo, entre mezquites, palmas del desierto y peyote -crece el agave del que se extrae la lechuguilla.
- En la década de los 50 este material se usaba para pulir los autos, pero sus -atributos le encontraron un lugar en otras actividades. “La lechuguilla sigue -siendo mejor que cualquier fibra sintética en muchas aplicaciones, como en la -limpieza industrial”, dice Pelton, de la distribuidora Amex.
- Las características que la ponen por encima de los plásticos son su -capacidad de absorber la humedad y su resistencia a ciertos productos químicos -y a las altas temperaturas.
- Desde el punto de vista medioambiental y social tiene virtudes: Es -biodegradable y los ingresos que genera llegan a las comunidades marginadas.
- La fibra también puede tener usos más cercanos al consumidor. Por ejemplo, -se puede usar para hacer cepillos cosméticos. La empresa inglesa The Body Shop -compra a cooperativas de campesinos en el Valle de Mezquital, Hidalgo, -estropajos hechos de la fibra amarilla que se utilizan para realizar el -exfoliado de la piel.
- Pero la lechuguilla también tiene desventajas. Es aproximadamente dos veces -más cara que el plástico para fabricar cepillos, y es menos homogénea y -duradera, a pesar de ser una de las fibras vegetales más resistentes.
- La oportunidad
-Un reporte del Instituto Potosino de Investigaciones Científicas apunta que -hay un mercado “prácticamente ilimitado” para la fibra.
- La afirmación se basa en la gran cantidad de productos que se pueden hacer -de la lechuguilla: Desde cables, escobetas y estropajos hasta cepillos de todas -formas y usos.
- La idea de que los ingresos de un producto único (sólo en México se -produce esta fibra) lleguen a las zonas pobres rurales y a productores como -Cecilio Martínez, ha captado la atención del gobierno de San Luis Potosí.
- Pero Efraín Valadez, asesor de Comercialización de la Secretaría de -Agricultura, Ganadería y Recursos Hidráulicos (SAGARH) en dicho Estado, -cuestiona el reporte del Instituto Potosino y a un lado de las palabras “mercado -ilimitado” escribe la pregunta “¿cuál?”
- “Estamos interesados en dar crédito a una cooperativa de campesinos en -Matehuala para la compra de maquinaria para cortar la fibra, pero no tenemos -asegurado que habrá clientes”, dice.
- Quizá el mejor cliente no está en México. “Los productores de cepillos -chinos conocen esta fibra”, dice Andy Durr, jefe de Ventas de NICS-Beijing, -una distribuidora de fibras en China. “Pero también saben que no es barata.”
- El costo de la mano de obra en la elaboración de las fibras explica el -precio más alto si se compara con las sintéticas, que son obra de procesos -industriales de altos volúmenes y bajos costos.
- La debacle
-La escena muestra un racimo de casas de adobe con techos de lámina, el -ganado menor caminando entre el polvo de los hogares y algunas camionetas viejas -estacionadas frente a las fachadas deterioradas.
- Así es Villa de Hidalgo, en donde viven Cecilio y otros productores de esta -fibra. Es un ejido habitado por alrededor de 60 personas que están rodeados por -4,000 hectáreas de terreno desértico.
- La lechuguilla fue por mucho tiempo un ingreso adicional importante para -estos campesinos.
- En 1940 una organización de campesinos llamada “La Forestal” tomó vida -bajo la mano del entonces presidente Lázaro Cárdenas. Representó a los -ixtleros, como llamaban a los cultivadores de fibra de lechuguilla, también -conocida como fibra de ixtle.
- El gremio incluía a campesinos de cinco estados: Chihuahua, Coahuila, Nuevo -León, Zacatecas y San Luis Potosí. A ellos se les otorgó el monopolio de la -industrialización y comercialización de este producto.
- “La Forestal” era entonces una organización sin fines de lucro, algo -difícil cuando se sabe que se tiene poder.
- En 1975, “La Forestal”representaba a un millón de campesinos y sostenía -un peso político importante en el norte del país.
- Su poder económico también se respetaba. Ese año operó 700 tiendas en la -región, construyó 6,000 km de caminos rurales y edificó siete clínicas, -según señala un folleto que en la parte posterior destacaba la frase “Luis -Echeverría con los ixtleros, los ixtleros con Luis Echeverría.”
- “Trabajamos para los campesinos”, comenta José Muñiz, consejero de -Administración que cuida las instalaciones abandonadas de esta organización -que fue tan importante en el pasado. “Los compañeros tenían derecho al -Seguro Social y les pagábamos los remanentes.” Cuenta con tristeza la caída -de “La Forestal” mientras muestra la maquinaria parada en una bodega larga -de techos altos propiedad de la cooperativa.
- Primero dejó de trabajar la oficina matriz, en Saltillo. Se separó de la -organización en los años 80 y se transformó en la empresa que actualmente se -conoce como Fibras de Saltillo.
- Por mala administración, y lo que varios entrevistados llamaron “prácticas -de mafia”, la oficina de “La Forestal” en Matehuala se hundió en 1998. -Por orden judicial, las instalaciones que ahora resguarda Muñiz quedaron en -manos de los campesinos.
- Viejo, pero alerta como un fantasma que cuida un tesoro antiguo, Muñiz -enseña documentos llenos de sellos que muestran las huellas de batallas -jurídicas del pasado.
- La esperanza de los ixtleros es el subsidio que, desde su escritorio en un -corredor oscuro de la SAGARH de San Luis Potosí, gestiona Efraín Valadez.
- Cecilio Martínez lo espera sentado con el sombrero en la mano en la oficina -sin teléfono de La Forestal, que todavía representa a alrededor de 2,000 -productores.
- “La Forestal” sigue siendo una leyenda en las tiendas de charrería y -mercados en el norte del país, donde aún recuerdan el gigante cooperativo del -desierto chihuahuense.
- Chicago mexicano
-Un punto clave en la historia de la exportación de esta singular fibra de -agave fue el juicio criminal y civil de la Comisión de Competitividad de -Estados Unidos en contra de Fibras de Saltillo en 1996.
- El gobierno de ese país acusó a esta empresa y a Ixtlera Santa Catarina de -hacer tratos cartelísticos con los distribuidores dentro de Estados Unidos para -controlar precios en ese mercado.
- Los clientes extranjeros no apreciaron el trato con este monopolio mexicano -en declive caótico. “Hicimos todo lo posible para encontrar otro proveedor de -lechuguilla en México”, recuerda Pelton. “Tardamos años en eso.”
- Los altos precios que ocasionaba este monopolio fue una de las razones para -que los clientes internacionales emigraran hacia las fibras sintéticas.
- Las tres empresas mexicanas que distribuyen la fibra son Fibras de Saltillo, -con 60% del mercado; Ixtlera Santa Catarina, con 20%; y Compañía Mexicana del -Desierto, con el restante 20%, según el reporte potosino.
- Hasta hace poco tiempo, existió una cuarta empresa distribuidora llamada -Tampico Fibre. Su dueño era Ricardo Cordero. Cecilio Martínez guarda buenos -recuerdos de la empresa que cerró en 2003, porque pagaba muy bien.
- “No tenían permisos de exportación, los multaron con mucho dinero”, -dice Muñiz. “La empresa tuvo que cerrar.”
- Cordero fue famoso cuando en 1995 denunció en el diario The Washington -Post que la PGR estaba involucrada en el narcotráfico. Entonces trabajaba -en el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD).
- Más tarde fue arrestado, según un reporte del San Antonio Express, y -finalmente liberado. Desapareció de la vida pública para fundar Tampico Fiber.
- En marzo, Cordero reapareció en las noticias como habitante de una cárcel -en Texas, acusado por el gobierno de Estados Unidos por lavado de fondos -provenientes del narcotráfico. El mes pasado un juez falló en su contra.
- Todo esto es demasiado espectáculo para empresas que suelen ser muy -conservadoras, como las que se dedican a fabricar cepillos.
- La tormenta pasa y las mafias han sacado lo que podían. Los monopolios -dejaron sus prácticas hostiles a un mercado disminuido.
- Los distribuidores tienen permiso de exportación y algunos campesinos tienen -autorizaciones medioambientales para sacar lechuguilla de sus tierras. Hasta la -Secretaria de Medio Ambiente está fomentando planes para reforestar zonas con -lechuguilla.
- Según Juan Carlos Salazar, de la Compañía Mexicana del Desierto, “los -mejores precios para los campesinos ixtleros se han dado en el periodo en que -las empresas entraron a competir por este producto. Nos sentimos muy orgullosos -de la contribución en favor de las familias más pobres del país”.
- Cecilio Martínez y José Muñiz no comparten esta visión, pero admiten que -las tres empresas distribuidoras ya están compitiendo activamente para la -compra de la fibra.
- Al menos no ven a Salazar como mafioso o hacendado. “Es un hombre de -negocios”, comenta Muñiz
- La esperanza
-En la Sierra de Catorce, Expansión vio a Cecilio Martínez cortar los -cogollos del agave, sentarse y sacar un kilo de fibra de lechuguilla en una -hora. El precio de venta fluctúa entre $10 y $12 pesos por kilo. Salazar dice -que paga $14 pesos. El sueldo mínimo en San Luis Potosí es $42 pesos por día.
- El producto parece listo para competir con los plásticos. Los investigadores -de la SAGARH hasta están pensando en usar la lechuguilla para hacer papel y -Salazar evalúa cómo hacer shampoo de las pencas.
- El gran abismo se encuentra frente al consumidor final, que ignora la -existencia de la lechuguilla.
- En esto no ayuda que los fabricantes de cepillos generalmente venden su -producto también con fibras sintéticas y por ello no tienen interés en -promover la fibra del desierto.
- Los ixtleros de la Sierra del Catorce siguen su movimiento al ritmo del -campo, humilde pero digno.
- No hay muchas oportunidades en esa zona. Habrá que ver si la fibra de -lechuguilla puede abrir un nuevo capítulo en su larga historia en el desierto -chihuahuense.