Al cobijo de otro
Públicas, pero privadas. El formato propagado en el cono sur de cabinas insertas en locales comerciales, como farmacias o tiendas de abarrotes, ahora arriba a México. Globalfono, empresa argentina con operaciones también en Brasil, tiene casi todo el mercado para sí, por la escasa competencia directa. De las 34 empresas registradas, entre dos y siete tiene este formato, pero están dispersas en el país.
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La firma pretende aumentar a 1,500 cabinas, de las 20 actuales (todas en el Distrito Federal), durante el año próximo. Enorme diferencia con Telmex, que tiene 725,000 teléfonos en la vía pública. La clave diferenciadora de la extranjera: seguridad y confort, aportados sólo por una silla, una mesa y el cobijo de un local cerrado.
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Aun así, "por la experiencia en otros mercados, nuestro formato aumenta el tráfico sin necesidad de canibalizar otros servicios, como las casetas tradicionales", señala Héctor Doporto, director de operaciones de la filial mexicana.
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Fundada en Buenos Aires hace 16 años, la empresa llegó al país seis meses atrás, después de recibir permiso de la Cofetel. En Argentina opera 14,000 cabinas y 130 en Brasil. "Tenemos una enorme oportunidad en el mercado brasileño, es totalmente virgen", dice Silvio Freire, gerente de Operaciones de esa filial, con sede en Sao Paulo.
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Los locales comerciales cobran en promedio 15% de los ingresos mensuales por cabina de Globalfono. Los consumidores pueden ver los minutos registrados de sus llamadas y luego pagan en la caja central del negocio. Además, ese flujo de visitas puede convertirse en ventas para los dueños minoristas.