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Aquellas pequeñas cosas

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Una gran obra lo es por los detalles en ella contenidos. Y la armonía en el vestir puede equilibrarse o redondearse con ciertos toques de diferenciación. Esa es la función, precisamente, de los objetos conocidos en el ámbito de la moda como "accesorios".

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Porque no sólo con ropa se viste el hombre. A pesar de que muchos mexicanos poseen el discreto encanto del conservadurismo, eso no exceptúa que les guste hacerse de ciertos detalles contemporáneos que complementen a su indumentaria principal. Los accesorios, pues, terminan por cerrar el círculo del varón que, dentro de sus parámetros particulares, busca verse elegante.

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“si bIen los ejecutivos mexicanos son conservadores en el vestir", concede Layla de León, responsable de Nuevo Producto de la empresa Michel Domit, misma que se ha distinguido por su calidad en artículos de piel, "ellos otorgan cada vez más importancia a los accesorios, sobre todo si éstos portan el símbolo de alguna empresa prestigiada. Esa es la razón de que esos objetos ostenten logotipos a la vista".

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De León conoce las particularidades de los caprichos locales a este respecto. Lo ejemplifica con los bolsos para hombre conocidos como "mariconeras", accesorios que a pesar de que ya han dejado de usarse en otros países, "pronto volverán a estar a la venta en nuestras tiendas, en virtud de que los clientes así lo han solicitado".

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Aunque De León admite que no es "accesorio" propiamente dicho, el fuerte de Domit sigue siendo el calzado (más de 120 modelos que representan el 70% de sus ventas) y, en forma menos importante pero no desdeñable, las corbatas; su oferta, empero, sí incluye cinturones "para vestir", los cuales según la experta estilan ya no hebillas doradas sino en plata, que ha vuelto por sus fueros. Dependiendo si tiene herrajes de latón y piel de becerro, un cinturón puede costar más de $1,000 pesos.

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Entre los accesorios más demandados están los llaveros, que otorgan distinción sin que uno tenga obligadamente que gastar demasiado. Número de modelos, los que la imaginación alcance. El rango de precio es igual de extenso, pero si de calidad se habla un llaverito fluctúa entre $150 (nacional) y $300 pesos (importado). Curiosamente, el mexicano no acaba de ser seducido por el primo del llavero, el portallaves. Cosas veredes...

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Por lo que hace a carteras, monederos o tarjeteros, son detalles que van de lo imprescindible ‑¿o no lo es la cartera?  a la superflua elegancia. Hablando de tendencias, un tipo de cartera con buena aceptación es aquella que se dobla en tres, y en el mercado se pueden encontrar las fabricadas con pielfloter, muy suave y con acabados brillante o mate de marcas comoFerragamo, de $900 pesos, hasta otras nacionales también de excelente manufactura que rondan los $500 pesos.

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Hay otros accesorios como mancuernillas de plata, pisacorbatas (que últimamente han caído en cierto desuso), paraguas, agendas y juegos de escritorio los cuales, según De León, son para aquellos que ya tienen todo lo básico. "Se mantienen en catálogo por si los solicitan, aunque se trata de productos que son percibidos como lujosos", dice. De algún modo las gafas para sol navegan, según quien las use, entre el boato estético y la necesidad. La elección del armazón e intensidad de los lentes filtro depende de la forma de la cara y capacidad para soportar la luz solar (o de lo mucho que se quiera ocultar el portador).

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Por último, si la exquisitez del ejecutivo es una necesidad que no puede esperar ser satisfecha, debe voltear hacia el accesorio "externo" por excelencia: el portafolio. Aquí los modelos italianos o colombianos de fuelle, con varias divisiones, o incluso los de caja son perseguidos por los más exigentes, y el capricho puede significar gastarse de $2,000 a $6,500 pesos. Con forros de piel, compartimentos secretos y escudos de las empresas que los fabrican, un buen portafolio garantiza, además, no entrar en la obsolescencia de la noche a la mañana, pues resiste los vaivenes de la moda, que desde luego, basa su esencia en la veleidad.

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