Calentitas
Jamás imaginó que su afición a las tuercas y los tornillos lo llevaría a fundar una exportadora de máquinas para hacer tortillas de harina de trigo. Es Manuel Villagómez, empresario de 65 años de edad. La necesidad lo empujó a trabajar en un taller mecánico en Morelia cuando tenía ocho años. Esa fue la clave con la que descubrió su verdadera vocación: la mecánica. “No dejaba de asombrarme cuando en el taller entraba por un lado un montón de fierros retorcidos y por el otro salía una máquina bien hecha y trabajando”, comenta.
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Con el tiempo se le ocurrió inventar una tortilladora. “Fueron meses a base de prueba y error, hasta que logré hacer una aparato para tortillas de harina precocidas”, recuerda.
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Su idea fue un éxito rotundo y los pedidos empezaron a llover. Hoy, Villamex, nombre de su empresa, cuenta con cerca de 300 empleados que construyen un promedio de 200 máquinas al mes. Las de uso casero se venden en $1,500 pesos y las industriales hasta en $150,000. Sus exportaciones llegan a Sudáfrica, Italia, Japón, Polonia, Rusia y varios puntos de Sudamérica.