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Cena de navidad 1995 Pavo a la Crisis Fi

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

¿Se cumplieron los deseos de las 12 uvas solicitados por los mexicanos en la cena navideña en 1994? Es casi seguro que no. Si 1995 sorprendió a los especialistas, qué se puede esperar del ciudadano común, quien a pesar de las señales políticas negativas mantuvo en pie sus expectativas de un ano nuevo con mejorías económicas. Pero éstas nunca llegaron.

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Para la gran mayoría de los mexicanos, el año que termina, mes a mes, fue de búsqueda, no de la mejoría prometida sino de estrategias para no caer tan bajo en el -desescalonamiento en los niveles de consumo, primer indicador de una crisis cuyos efectos apenas empiezan ¿Bastarán 12 uvas para regenerar el optimismo perdido?

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Con el dólar brincoteando alegremente y las tasas de interés en el sube y baja, "el error de diciembre" llegó a su primer cumpleaños muy saludable: ya acabó con buena parte del patrimonio familiar y le ha quitado el sueño a las autoridades económicas del país. Más todavía, sus travesuras han repercutido por todos lados -(remember "el efecto Tequila"), y no sólo dejó un tendal de deudores morosos, negocios en quiebra y trabajadores sin empleo, sino que pondrá un sabor amargo en las mesas navideñas de millones de mexicanos. Bueno, de aquellos que todavía tienen mesa.

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Para Ian M. Reider, director de Gallup México, ni siquiera la clase alta se ha librado de este drama en 12 meses, proporciones guardadas. "La crisis la afecta desde el punto de vista económico, porque sus aspiraciones también son diferentes. A lo mejor no pudieron ir a Europa, como acostumbraban, o no pueden afrontar el nivel de vida que llevaban. Alguien dirá ¡ay, pobrecitos!, pero lo cierto es que aunque sea minoritaria, la clase alta existe y tiene su propia dinámica. También ha manifestado un impacto emocional: hemos detectado que sus integrantes tienden a comprar más ofertas y a bajar el gasto, quizá como una forma de solidaridad o para compensar su sentido de culpa." Reider asegura que la presión social también cuenta, y propone esta figura: aunque un empresario tuviera recursos personales para hacerlo, ¿cómo se va a comprar un auto nuevo si en su empresa no le puede subir los sueldos a los trabajadores? "No es un cambio por necesidad, sino por la presión del medio ambiente y la necesidad de adaptarse a lo que está pasando. Ellos también son parte de la incertidumbre sobre el futuro del país."

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Daniel Chiquiar, director general de la agencia de investigaciones Bimsa Econometrics, señala que esta crisis resultó mucho más traumática, porque las devaluaciones de años anteriores fueron seguidas por una tendencia al crecimiento económico, con reducción en los costos de vida y del dinero. "En los últimos años la gente había percibido una recuperación de su ingreso permanente, es decir, el que esperaban a futuro. Con la inflación a la baja, era racional que la clase media y los jóvenes incorporaran expectativas de mejores ingresos y empleo estable, y que esto se reflejara en una mejoría de su nivel de vida."

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Fueron estas familias -definidas por ingresos mensuales de entre N$5,000 y N$12,000 nuevos pesos- las que invirtieron y se endeudaron con bienes durables como automóviles, vivienda y electrodomésticos. Pero el ingreso cayó de la noche a la mañana, y las tasas de interés hicieron que esas deudas resultaran imposibles de pagar.

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Si el impacto económico fue grave, hay indicios para pensar que más doloroso es el golpe emocional, la interrupción del sueño clase me dieron de ascenso y diferenciación social. "En la esfera emotiva hay una visión de engaño y de desconfianza --dice Chiquiar-, porque se les vendió la idea de que el ingreso iba a ser sostenido. Lo ven como una situación no calculada, no esperada y no merecida."

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Muchas familias llegaron a hacer planes románticos para el retiro de los padres y el porvenir de los herederos. Algunos pensaron que sus hijos iban a entrar a universidades privadas y conseguir un puesto en la industria o en las finanzas, como en una película de los 50. Ahora los padres tendrán que seguir trabajando y los muchachos optar por una escuela pública.

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Coincide Ian Reider: "La clase media está más afectada por su estado de -transición. Tenía un nivel aspiracional muy importante y estaba metida en muchos compromisos. Pensaba que iba a llegar y ahora se da cuenta de que no podrá hacerlo".

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Gobierno y banqueros, los más odiados. Encuestas de Gallup revelan aspectos interesantes -respecto de la atribución de culpas, en los que aparecen cuatro protagonistas -principales. El primero es el gobierno y el segundo los banqueros, depositarios de buena -parte del enojo. El tercer responsable es el comercio, al que se le atribuyen los -crecientes aumentos de los costos. El cuarto culpable es el propio consumidor, que parece dispuesto a -asumir parte de su responsabilidad, o en todo caso irresponsabilidad, por el -endeudamiento y la falta de ahorro.

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Otros estudios sugieren no dejarse impresionar por este fenómeno: investigadores de El Colegio de México explican los clasemedieros que se deprime al menos al menos tienen resueltas sus necesidades básicas, cosa que no ocurre en las clases bajas y las familias que ganan dos o tres salarios mínimos. Una cosa es postergar las vacaciones en Acapulco y otra no tener para el desayuno del día siguiente.

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Los expertos de investigaciones de mercado aceptan que las clases populares no resultaron afectadas por el crédito y el endeudamiento, al que nunca tuvieron un acceso franco, pero la caída en el ingreso real ha motivado bruscos cambios en sus hábitos de vida. Chiquiar describe un tipo de consumo basado en la compra de unidades y de fracciones no de kilos o paquetes, más caro pero propiciado por la necesidad de manejar un presupuesto diario o de corto plazo. Una novedad: la venta de cigarros sueltos en quioscos o misceláneas (en la ciudad de México) a dos por N$1.00 nuevo peso.

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Para Luis Woldenberg, presidente de WGC y Asociados una agencia de estudios cualitativos subsidiaria de Pearson, también es visible el cambio en la dieta más pobre en proteínas y más rica en carbohidratos: pastas, tortilla, frijoles, harinas, etcétera. Estos alimentos “llenan” pero son menos nutritivos y una consecuencia previsible a mediano plazo será la reducción en la talla de los niños, disminución de su capacidad de aprendizaje y deterioro en el crecimiento y la salud. Para limitar este deterioro, el gobierno federal y el DIF instrumentaron este año el Programa de Alimentación y Nutrición Familiar (PANF), que abarca municipios en varios estados de la república. Según el diario el -Reforma los informes iniciales echan dudas sobre el éxito de esta estrategia, empantanada como tantas otras cuestiones políticas de logística.

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En familias de clase media de la ciudad de México, los estudios de Bimsa y uso diario. Las amas de casa están escogiendo marcas más baratas en tanto que gastos como ir a centros comerciales o restaurantes se han limitado en forma drástica. -"Muchas mujeres reconocen que ahora están comprendo marcas de las que tenían una imagen muy pobre –dice Chiquiar-. Definitivamente no están orgullosas de reducir sus gastos que antes consideraban básicos y que no había pensado en -cambiar". Ian Reider coincide en este down grade o desescalonamiento, y señala un modelo muy visible: han bajado la venta de los cigarros caros y subido las de marcas de precios inferiores.

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Según datos oficiales, citados por el consultor, el consumo -descendió el 10% en los primeros meses del año –una caída nunca vista en la historia moderna de México-, pero las cosas tendieron a agravarse aún más a partir de octubre y noviembre, sobre todo las dramáticas fluctuaciones de la moneda añadieron más inquietud e incertidumbre.

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Con todo, hay que advertir que las consecuencias de esta crisis han seguido un comportamiento regional diferente: el centro del país y la cuidad de México son las que más daño han sufrido, mientras que Monterrey, Tijuana y la frontera norte se han defendido gracias a la vocación exportadora de sus economías locales.

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Otra consecuencia muy aparatosa que hay que chiquiar y Woldenberg han detectado es una especie de -"canibalización" entre diferentes segmentos del mercado. Pocas personas están en condiciones de asignar una parte de su presupuesto a cada renglón o tipo de bienes, las empresas más dispares están compitiendo por el mismo dinero sean licoreras, videoclubes, restaurantes o jugueteras. “Si me compro una botella de vino estoy dejando de ir al cine no compro libros, y si pago el teléfono no tengo para la gasolina”

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Woldenberg relata que en las sesiones de grupo realizadas por el WGC, las clases medias muestran un desanimo profundo: no sólo la sensación de que les está yendo mal, si no que no hay horizonte para ellas. “Hace dos o tres años todavía teníamos un pueblo muy positivo –observa-. Si preguntábamos cómo le estaba yendo contestaba -"Mal". ¿Cómo cree que le va a ir bien, "Mejor". Quizá albergaba el pensamiento mágico de que le iban a pagar mejor o laguna otra cosa, pero la gente tenía esperanzas. Hoy día uno de los grandes traumas es que las expectativas de progreso están canceladas “. No es mal caldo para los gurús de la esperanza, como Miguel Ángel Cornejo, quien por televisión está ofreciendo sus libros y videos para llegar a la excelencia y superar las iniquidades de la crisis.

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Resume Woldelberg: "es una ensalada de arsénico con cianuro, y todo no sabe amargo".

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Cómo volver a empezar. Pero esto no es todo Brígida García Guzmán investigadora del Centro de Estudios Demográficos de el Colegio de México, explica que una consecuencia inmediata de la crisis es la reorganización del trabajo en el interior de las unidades domésticas, algo que ya se documento en 1982. - "Las mujeres, que tenían una baja participación en la actividad económica, se pusieron a hacer alguna cosa, como ofrecer comida en la calle o vender cosméticos y ropa a domicilio".

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García señala que en los sectores medios otra repuesta común es dejar de adquirir alimentos parcialmente preparados, que ahora se hacen en casa. Esto significa que la mujer realiza más trabajo, tanto fuera y dentro de la casa; muchos señalan como el centro o pivote de las estrategias de - sobrevivencia. "No ha habido una respuesta de los hombres de los hombres para asumir más trabajo doméstico –dice la investigadora- por que hay un sustrato cultural muy fuerte que impide que el varón se involucre en estas cosas. Sería como de degradar aún más su estatus".

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Este modelo cultural tienen otras consecuencias más graves, como es el incremento en la violencia física familiar y doméstica , al parecer fomentada por una resolución inadecuada de las tensiones y los cambios en los roles de los adultos oficinas dedicadas a la asistencia a las mujeres golpeadas y maltratadas reportan un incremento anual de 10% en las denuncias, y otros datos sugieren que los hombre que ejercen más violencia física son precisamente aquellos que han sido desplazados de sus papeles protagónicos, sobre todo de su condición de único sustento de la economía familiar.

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María Luisa Tarrés, investigadora del centro de estudios -sociológicos de el colegio de México, también tiene una interesante hipótesis en relación con aspectos pocos explorados de la crisis económicas. En 1982 condujo una investigación en Ciudad Satélite, un bastión clase mediero al norte de la ciudad de México. El hallazgo más llamativo no fueron los grandes cambios en los hábitos de consumo sino las movilizaciones sociales realizadas por las mujeres, a través de una inmensa red de asociaciones civiles, religiosas y de otro tipo, cuando todavía no se hablaba de las actuales organizaciones no gubernamentales (ONGs).

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En satélite, estas redes sociales se potenciaron, salieron al espacio político y determinaron la elección del primer diputado panista en la demarcación. “La conclusión es que donde hay clases medias educadas, las personas se movilizan y son capaces de grandes esfuerzos frente a la amenaza de caer de su nivel, su transforman en una oposición política frontal al gobierno.

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¿Podría ser una reacción repetible en estas nuevas circunstancias? Tarrés dice que algunos grupos sociales, definitivamente sí. -"Podría ocurrir en zonas con clases medias concentradas como Monterrey, Chihuahua o Puebla, si se verifican algunos mediadores económicos e ideológicos".

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Está bastante claro que en casos de crisis las clases populares reaccionan solicitando la protección no de los sindicatos o partidos políticos, sino del gobierno o de organismos como el DIF o Solidaridad. - "Las clases medías tienen una conducta muy distinta –señala Tarrés-, No sólo responsabilizan al gobierno y de la clase política, a las que atribuyen valores negativos de corrupción e ineficiencia. Son muy nacionalistas y hablan de democracia, pero su modelo es totalmente restringido, elitista y decimonónico: los pobres no pueden participar, y los indígenas se tienen que - blanquear antes de integrarse".

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Curiosamente, una investigación realizada por la investigadora en Cerro del Judío, una colonia popular del DF, mostró respuestas significativamente parecidas. -"Las personas de este nivel también presumen de ser democráticas, pero su ideal es que se distribuya la riqueza entre los pobres y que los ricos se los suprima".

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Otro de los síntomas despertados por la crisis es que menos gente encuentra canales institucionales para expresar su descontento. -"Los partidos políticos ya no constituyen un canal legítimo – dice Tarrés-, y se empiezan a generar discursos locos, ultra conservadores, sectarios al estilo de los empleados en Yugoslavia, donde nadie considera al resto de la comunidad. Las agrupaciones se definen al rededor del barrio o la región como el caso de norteños versus chilangos. Es posible que esto pudiera dar origen a grupos ultraderechistas o violentos, de tipo fundamentalista".

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La conclusión de Tarrés no es muy prometedora: -"En los términos actuales será muy difícil establecer una democracia en México, porque los interlocutores no se admiten ni reconocen entre sí, ni establecen canales de diálogo. Únicamente se puede construir una democracia cuando unos factores reconocen la existencia de los otros. Si esto no ocurre sólo queda en pie una solución autoritaria".

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