Citizen. Exportaciones contra reloj
¿De qué vive Citizen de México? De exportar 65% de su producción. Francisco Arellano Orozco, gerente general de la filial mexicana de la empresa japonesa, explica a EXPANSIÓN que este índice de exportación "no fue fruto de un día, sino el producto de conjuntar calidad, variedad y precio competitivo". Y claro, contar precisamente con la marca japonesa.
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Pero a los consumidores les gustan las cosas de bajo precio. En ese contexto, el tigre de tigres de Oriente, China, ensambló 250 millones de relojes de pulso sólo en 1994. Con ese volumen de producción, cualquiera puede imaginarse el precio de esos productos.
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Esa es la verdadera cara de la competencia, incluso aquí en México, donde esos relojes made in China pueden encontrarse en centenas de puestos del comercio ambulante de las principales ciudades del país. Y, para observar con mayor claridad las dificultades que debe enfrentar esta empresa, basta un dato más: en lo que va del año de la crisis, el mercado mexicano ha caído 60%.
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Sin embargo, la respuesta de Citizen a estas contingencias es, simplemente, acentuar su estrategia comercial. Si en 1994 produjo 1.4 millones de relojes de pulso (en distintos modelos y presentaciones) en la única planta de manufactura de la empresa japonesa en el continente americano, y exportó 65% de ese volumen, en este 1995 las cosas marcharán por ese mismo sendero.
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Por supuesto, la conquista de mercados ha requerido de inversiones, como los N$60 millones de nuevos pesos que se destinaron a la modernización de su taller mecánico de herramientas, con el fin de tener modelaje en continua rotación. El resultado es que, a través de sistemas computarizados de diseño, la planta de Lerma, en el estado de México (donde apoyan la innovación varios técnicos japoneses), crea mensualmente 30 nuevos modelos de relojes de alta precisión. "La moda varía continuamente, y hay que adelantarse a ella en tiempo y con creatividad anota Arellano.
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Cronos y el dinero. Citizen ha trabajado mucho en la eficientización de todos sus sistemas de producción. Parte fundamental de ello, dice Arellano, fue el establecimiento de un programa integral de capacitación, motivación e instauración de pagos de incentivos por productividad.
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Junto con la implantación del sistema just in time, que en dos años permitió duplicar la producción y cumplir a tiempo en 96% con los pedidos foráneos, los resultados no se han hecho esperar: hasta abril de este año, la planta de 300 trabajadores ya había roto su propio récord, al fabricar 26 relojes por persona / turno. "Y esperamos que esto ascienda aún más en los próximos meses", apunta.
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De acuerdo con el informe trimestral más reciente del corporativo, el mercado de Citizen de México es cubierto a través de joyerías (30%), tiendas departamentales (30%) y tiendas de surtidos varios (40%). Las áreas de crecimiento entre los estratos altos son los modelos de oro, multifuncionales y cronógrafos. En los estratos bajos sobresale la línea fighting.
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Hay posibilidades de exportar más, incluso a Europa, pero como dice Arellano, debe esperar la autorización de la casa matriz, la cual determina qué nación es la que surte a otra. "Tenemos todo para iniciar ventas allá", sugiere.
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Por lo pronto, como dice Sabetay Rose Abauf, director comercial de la empresa, "a raíz de la crisis interna hemos recibido el apoyo de las bases en el extranjero, por lo que los planes inmediatos apuntan a incrementar el volumen de exportaciones a los mismos países, pero de manera directa". Es decir, si de la base panameña se surtían los mercados del Caribe, Centro y Sudamérica, Citizen de México ha iniciado negociaciones para hacerlo sin intermediarismo.
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Hoy, cuando el reloj del mercado local está parado, la agilización de las ventas foráneas de esta compañía, con 26 años en México, es fundamental para su sobrevivencia.