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Cuellos largos

¿Quiere esconder la cabeza ante la adversidad?
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Salvador Navarro tiene una empresa de plásticos, pero desde hace cuatro años ha metido el cuello en el negocio de las avestruces. De su fábrica de mangueras obtuvo los recursos para comprar las primeras, a $10,000 dólares cada una (hoy cuestan $12,000 pesos por ejemplar). Desde hace 12 años se abrió un criadero de estas aves africanas. La razón, según Salvador Navarro, del Rancho Nuevo Lanzarote en Tepozotlán, y presidente de la Asociación de Criadores y Reproductores de Avestruces (ACRA) es que “la obtención de alimento es 2.5 veces más eficiente que en el ganado normal”. A esto le sigue una retahíla de bondades: la carne más baja en colesterol y grasas, sus plumas se utilizan para confección de vestidos y artículos de limpieza de equipos tecnológicos, su pico y uñas en joyería, su piel en carteras y muebles y sus huevos quintuplican su valor cuando se convierten en artesanías. Hay investigadores que hablan de posibles trasplantes de córnea y tendones a humanos.

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En México, la mayoría de los ranchos venden pies de cría o carne. Existen 244 criaderos registrados en la Semarnap. De ellos, según la ACRA, 100 son irregulares. Se cree que en un año y medio han cruzado la frontera más de 5,000 avestruces sin documentos. Esta cifra supone 30% del total de población en México, asegura Navarro. El riesgo, cuenta Wurmoner Juárez, bióloga especialista, está en las enfermedades que pueden transmitir y en que se vendan aves no reproductoras a precios estratosféricos.

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Actualmente, se matan 2,000 avestruces al año (36 producen una tonelada de carne) y se abren 30% más granjas. Aunque el número de aves crece al mismo ritmo, los ranchos aumentan sólo 10%, porque 20% cierra o vende sus ejemplares cada año. Y es que las avestruces traen beneficios a mediano o largo plazo. Para una explotación de 10 tríos (20 hembras y 10 machos) se deben invertir $730,000 pesos. Los costos de producción se elevan a $525,000 y los de alimentación a $417,000. La utilidad anual del rancho sería de $1,480 pesos y la rentabilidad de 202.79%, según un estudio del Rancho Oro Negro, en Puebla.

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Las cifras dicen que es un buen negocio, pero hay que cambiar algunas cosas.

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El futuro está en la especialización, coinciden todos. Después de atender la demanda doméstica, explica Navarro, la salida es la exportación. Si todo va bien, en cinco años la industria del avestruz se habrá consolidado. Ellos no esconden la cabeza ante las adversidades.

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