Distracciones del pasado
Cuidado. El excesivo ruido ocasionado por la fugaz visita de Carlos Salinas de Gortari, la presentación de su evangelio y los sistemáticos ataques a la administración zedillista distraen la atención de asuntos más relevantes.
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Al pasado hay que acudir en busca de lecciones, datos y hechos que ayuden a la construcción del país que queremos; de ningún modo para organizar ruedos de discusiones un tanto estériles (preferimos abordar los temas económicos del libro de Salinas, de manera seria y responsable, a través de un análisis de fondo que aparecerá en nuestra siguiente edición). A fin de cuentas, los mexicanos dieron su veredicto el 2 de julio en las urnas: un rotundo sí al cambio.
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Por tanto, debemos mirar hacia adelante: revisar los planes y promesas del presidente electo Vicente Fox y seguirlas con lupa. Hace unos días, la Coordinación Económica del Gobierno Electo (CEGE) dio a conocer sus avances en la definición de los Criterios Generales de Política Económica para 2001. Con ese documento, elaborado en estrecha colaboración con la Secretaría de Hacienda y con el Banco de México, el equipo foxista inicia las discusiones con los distintos grupos parlamentarios del Congreso, con el fin último de ponerse de acuerdo en las principales variables macroeconómicas que serán utilizadas en la conformación de la Iniciativa de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos de la Federación para el año entrante.
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Eso es importante para México. Ahí se establece una mínima agenda económica que permite vislumbrar algunos escenarios, fundamentales para que los hombres y mujeres de negocios planeen sus inversiones y estrategias. De entrada, la CEGE encuentra condiciones suficientes para suponer que, en el 2001, la actividad económica registrará un crecimiento menor al de este año. Prevé que la locomotora estadounidense desacelererá su marcha (lo que impactará a las exportaciones mexicanas) y que disminuirán los precios internacionales del petróleo. Bajo estas circunstancias, se pronostica un crecimiento del Producto Interno Bruto de 4 a 4.5%.
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Asimismo, la CEGE refrenda su compromiso por continuar con políticas para el abatimiento de la inflación (espera 7% en 2001) y su plan de ejecutar una reforma hacendaria integral (que se sometería al Congreso a más tardar el 31 de marzo de 2001), que incluya modificaciones al sistema tributario y adecuación de la estructura del gasto público.
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En pocas palabras, se asoma un año de ajustes, difícil, pero que, si en efecto la nueva administración realiza las reformas de fondo y aterriza sus planes de microcrédito y otros apoyos en programas sostenibles para la base más amplia del sector productivo (las micro y pequeñas empresas), debe ser visto como una plataforma de despegue.
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Los Editores