Poco duró el ánimo favorable sobre la economía que se observó tras el fin de la guerra en Irak. El crecimiento del desempleo se refleja en un significativo repunte de la percepción negativa y deriva en una pérdida de confianza del consumidor en torno a la economía y su futuro. El índice de sentimiento del consumidor BGC-Expansión© (ISC) sufre su descenso más pronunciado del año, al pasar de 95 a 89 puntos.
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La percepción de la situación presente también se ve afectada: el índice de condiciones actuales baja de 95 a 91 puntos, nivel similar al de abril. El crecimiento del desempleo y, en menor medida, la pérdida de valor del peso frente al dólar, mandan señales bastante negativas sobre el desempeño económico del país.
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El estancamiento ha derivado en un ajuste de las expectativas, cuyo índice retrocede de 95 a 88 puntos. El panorama se ve menos optimista, especialmente en torno a la economía del país y no tanto en lo personal. De hecho, se afianza la creencia en un horizonte de inestabilidad y pérdida de plazas laborales.