Los hombres suspiran por ella y la desean. Las mujeres la critican y dudan de la autenticidad de sus curvas. Su trabajo como actriz de cine en México y Estados Unidos ha generado tantos fans y seguidores como críticos y detractores.
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Lo mismo ha sido nominada a un Ariel y comparada con Dolores del Río –la última actriz mexicana cuyo talento fue reconocido en Hollywood– que denostada por interpretar papeles secundarios de mujeres sensuales en la Meca del cine.
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Natural o con cirugía, de calidad histriónica o no, el hecho es que Salma Hayek fue la figura mexicana del espectáculo más comentada y publicitada de 1999. Y no sólo dentro del país sino en el extranjero.
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La actriz veracruzana, de 33 años, apareció en las portadas de las revistas de entretenimiento más populares de Estados Unidos, como Premiere y Entertainment Weekly. El magazine dominical del diario The New York Times la escogió como maniquí para una de sus ediciones conmemorativas de fin del milenio, y George, la revista política fundada por el extinto John Kennedy Jr., le dedicó un artículo central.
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Salma figuró también en las principales revistas de moda –tanto femenina como masculina– de España, Italia, Francia e Inglaterra. Y por si fuera poco, apareció en los programas nocturnos de Jay Leno y David Letterman, los talk-shows de mayor audiencia en la televisión estadounidense.
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La fuerte exposición de Hayek en los medios de comunicación se debe en gran medida a su participación en la película Wild Wild West (Las aventuras de Jim West), la última cinta del comediante y rapero Will Smith, uno de los artistas más taquilleros de los últimos tiempos.
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Pero ¿cómo hizo la actriz para obtener un papel –por cierto secundario– en la película de Smith? ¿Y cómo consiguió tantas portadas y apariciones en televisión? ¿Cómo ha podido abrirse camino en el difícil mundo de Hollywood siendo latina? La respuesta es que no lo ha hecho sola.
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Detrás del éxito de Salma Hayek se encuentran su agente, John Fogelman, y su publicista, Becca Kovacik, quienes trabajan para dos de las firmas más influyentes de Beverly Hills dedicadas a la representación y promoción de artistas: William Morris Agency Inc. y BWR Public Relations.
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William Morris es considerada la segunda agencia de representación de talentos más importante del mundo. Entre sus clientes figuran actores y músicos como Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis, Whitney Houston y Mariah Carey. Tiene 600 empleados y oficinas en California, Nueva York, Tennessee y Londres. El año pasado registró ventas por $160 millones de dólares.
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bwr es una firma de relaciones públicas “independiente” –es decir, que no pertenece a ningún estudio de Hollywood– dedicada a diseñar campañas de publicidad para películas, programas de televisión, eventos especiales y personalidades del espectáculo. Entre sus clientes figuran Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Michael J. Fox. Sus ingresos anuales se estiman en $8 millones de dólares.
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Fogelman, de William Morris, es el estratega de la carrera de Salma. Desde hace seis años representa a la actriz y se encarga de todos sus negocios: le consigue los guiones, la presenta con directores y productores, cabildea con los estudios y cierra todos sus contratos. Fogelman consiguió el primer papel de Hayek para una película de un gran estudio: Desperado, protagonizada por Antonio Banderas.
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Kovacik, de BWR, es la responsable de la intensa difusión de Salma. Convence a los editores de revistas para que escriban artículos sobre ella y le dediquen portadas, y consigue las invitaciones a programas de televisión. Asimismo, supervisa y controla estrictamente todo contacto con los periodistas.
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“Para mí, el éxito de Salma tiene un gusto hermoso”, dice Fogelman vía telefónica desde Beverly Hills, quien explica que conseguir papeles para la actriz no ha sido nada sencillo. “Conseguir que el estudio la aceptara (en Desperado) no fue fácil y desde entonces ha sido una lucha cuesta arriba”.
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Kovacik, por su parte, declinó hacer comentarios: “Agradezco la distinción de Expansión, pero no hago publicidad de mí misma”.
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El agente y la publicista consiguieron que Salma sea ampliamente conocida en Hollywood, pero ambos saben que aún falta mucho para convertirla en “una actriz taquillera”. “Estamos trabajando en ello”, dice Fogelman.