El momento de colaborar
Las compañías que diseñan soluciones empresariales intentan cambiar y convertirse en organizaciones 100% virtuales. La tarea no es fácil. Algunas cuentan el trauma que les implicó implantar sus propios productos de ERP (Enterprise Resource Planning, Planeación de los Recursos Empresariales). Otras no logran sacudirse la imagen adquirida por su relación con arquitecturas propietarias, o bien, no consiguen borrar la fama que las ubica como proveedoras de soluciones específicas para un área de la empresa (perdiendo así su calidad de integradoras corporativas). Sin embargo, los tiempos de internet revolucionan el contexto.
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Los casos de JD Edwards y PeopleSoft son contundentes en cuanto al afán de abrir brecha y consolidar la nueva faceta de los otrora vendedores de ERPS. Para ambas empresas, el año 2000 representó un proceso de transición directa hacia el universo de la web, en que las aplicaciones para comercio electrónico (e-business), así como el uso intensivo de la Red como plataforma de trabajo, plantean una activa colaboración entre clientes y proveedores.
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El paisaje del mercado se modifica. Aunque no se vislumbra, con claridad, quiénes serán los que dominarán el nicho de los nuevos ERP, la lucha sin cuartel comenzó con anuncios y lanzamientos que arrojarán resultados ya entrado 2001.
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Al mismo tiempo, existe una tendencia tecnológica y corporativa que se anuncia poderosa: la creación de servicios altamente competitivos –en términos de precio y accesibilidad– para empresas pequeñas y medianas (Pyme). Entre otras soluciones, el sector puede esperar la aparición de ASP (Application Service Provider, Proveedores de Servicios de Aplicación) y firmas de Server Hosting (hospedaje de servidores). Ambas opciones representan mecanismos para ahorrar costos y acelerar implantaciones de sistemas.
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A través de discursos similares, pero con historias diferentes, JD Edwards y PeopleSoft empiezan a practicar, a partir de este último trimestre del año, el juego de la colaboración.
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JD Edwards: todos juntos
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Aunque el uso comercial de las palabras compuestas –como e-commerce– ya es una actividad extendida, hay dueños que reclaman la propiedad de ciertas combinaciones. JD Edwards, por ejemplo, defiende la autoría del concepto de c-commerce o comercio en colaboración.
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Para el proveedor, que nació en el seno de los ambientes IBM (AS/400 especialmente) y se enfocó desde sus orígenes a la mediana y pequeña industria, la colaboración es el camino. Al menos, eso es lo que asegura Eduardo Esqueda, director general de JD Edwards en México.
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La firma tiene sus oficinas centrales en Denver, Colorado, ciudad estadounidense que, durante los últimos años, empieza a brillar en la geografía de los negocios. La estrategia de la compañía va más allá de un simple lanzamiento de producto. Al igual que PeopleSoft pretende colocarse rápidamente en el ciberespacio.
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Durante la presentación del nuevo plan de negocio, el discurso de Ed McVaney, CEO de JD Edwards, se concentró en tres aspectos: la libertad de elección que debe tener el usuario, la integración de proveedores y la necesidad de incrementar la cadena de valor de las empresas.
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El eje de la estrategia se encuentra en la administración de la cadena de suministros (Supply Chain Management; SCM). Según JD Edwards, la plataforma SCM une el mundo real con el virtual e impulsa las ventajas competitivas. La posición coloca a la empresa en la mira de los competidores en el ámbito del e-business, y al mismo tiempo, la revive luego de épocas difíciles en el renglón de ventas.
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Ed McVaney, quien se jacta de ser amigo personal de Bill Gates, promueve una filosofía empresarial basada en los valores del trabajo duro y la disciplina. Sin embargo, la visión de McVaney no resulta suficiente para la compañía que dirige. La era internet exige más, en particular, rapidez y muchas y muy buenas alianzas. No es casualidad que el presidente de Microsoft, durante el verano pasado, fuera el expositor estrella en la conferencia de lanzamiento de la estrategia corporativa. Su presencia tenía el objetivo de revitalizar la imagen de JD Edwards, compañía que reconoce “se reinventa e inicia una revolución”.
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El cambio apunta a la consolidación de asociaciones con diferentes fabricantes, ya que de acuerdo con la visión de JD Edwards, en el comercio colaborativo el usuario debe poseer la “libertad de elegir”, por lo menos en lo que corresponde a los aliados que contribuyen en el desarrollo de un mercado digital.
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En el caso de JD Edwards, el poder de decisión del cliente está relacionado con las plataformas de hardware y software que complementan las soluciones del proveedor de Denver. El lanzamiento de OneWorld Xe –solución de JD Edwards 100% orientado a la web y que abarca un total de 300 programas listos para internet– propone el establecimiento de una plataforma integrada que responda a los conjuntos de aplicaciones empresariales internos y a la interoperabilidad externa con los sistemas de negocio de clientes y socios comerciales.
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OneWorld Xe “permitirá que las empresas utilicen tecnologías abiertas, flexibles e interoperables, las cuales fomentarán, a lo largo de las cadenas de abastecimiento, la comunicación y el comercio entre vendedores, proveedores y usuarios”, aseguran fuentes de la compañía. La meta de JD Edwards es combinar, en una única solución, el software de back office, los programas empresariales tradicionales (como el ERP) y el flujo laboral interempresarial. En el largo plazo, el objetivo es facilitar las operaciones de los modelos B2B (comercio electrónico entre empresas), en su versión de mercados electrónicos (marketplaces). La oportunidad de mercado aún está en ciernes; todavía no se ubican en el panorama experiencias cuantificables o el registro de beneficios concretos. La colaboración es el nombre del juego, del que apenas se bosquejan las reglas. La consolidación del nicho ocurrirá en 2001.
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En lo que se refiere a Latinoamérica, JD Edwards está consciente de que la región tiene un gran potencial de expansión. Sin embargo, reconoce que debe realizar una enorme labor para acelerar la adopción de las filosofías de c-commerce. Con más de 750 clientes en 19 países de Latinoamérica, el mercado regional le representa casi 40 millones de dólares en el año 2000, y un crecimiento anual de 40%.
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Aunque pareciera que sólo las grandes empresas o corporativos serán quienes tendrán acceso a las bondades del c-commerce, en opinión de Eduardo Esqueda, las pequeñas y medianas industrias también tienen cabida en el nuevo juego de colaboración. “JD Edwards ya cuenta con experiencia en el nicho, lugar donde la firma prácticamente se inició.”
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“A medida que el mercado cambia, el futuro es hoy”, reza un eslogan de JD Edwards, sin embargo, lo realidad es que el tiempo apenas comienza para OneWorld Xe.
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PeopleSoft: vocación por la web
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Con Manhattan como escenario, PeopleSoft anunció cambios que marcan un rumbo distinto en su historia. La compañía, relacionada habitualmente con soluciones para el área de recursos humanos, presentó la nueva versión de software, y aprovechó para difundir su renovada visión corporativa. En PeopleSoft las cosas cambiaron radicalmente desde la incorporación del actual CEO: Craig Conway, ex-vicepresidente de Oracle que se desempeñó en áreas de mercadotecnia, ventas y operaciones.
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PeopleSoft se lanza con todo a la web. La estrategia de “¿Internet puro” –concepto con el que se refiere al nuevo portafolio de soluciones PeopleSoft 8–, persigue un objetivo:
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posicionar a la compañía como la mejor de su clase en aplicaciones de comercio electrónico. Otra vez, la palabra colaboración tiene un papel importante. “Es una revolución profunda”, expresó Conway, ya que se habla de una versión sólo para internet.
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En PeopleSoft la colaboración se define como “la forma de conectar a clientes, proveedores y empleados con los sistemas de una empresa; tales como la cadena de suministro, el análisis de rentabilidad y la retención del capital humano. La red de integración se construye a través de una infraestructura tecnológica que rompe las fronteras geográficas de una compañía: internet”.
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“En los últimos dos años, dice Richard Le Lorier, director de PeopleSoft México, la organización se concentró en la versión para web, porque la Red ya es un commodity, una manera de trabajar.” Según Le Lorier: “Los usuarios trabajan en forma intuitiva, con menores costos y posibilidades más amplias. Ya no hablamos de la venta de licencias, sino de diferentes modalidades, e-procurement u otros módulos, a las que se tiene un fácil acceso vía internet”, explica.
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La versión de “Internet Puro” posibilita el acceso a las aplicaciones a través de todos los dispositivos móviles que se conectan a la Red. “La conexión es totalmente transparente y se establece sobre la aplicación de manera directa, no en Windows sobre la web como sucede con otras ofertas de software empresarial”, señala Le Lorier.
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La capacidad del sistema, agrega, se debe a que PeopleSoft nació en un ambiente cliente/servidor, antecedente que facilita la aparición de la versión “Internet Puro”. Otra de las ventajas radica en la habilidad de la aplicación para consolidar una cadena de valor generada a lo largo de los procesos de una empresa. Así, la arquitectura montada 100% sobre internet enlaza e integra la colaboración entre proveedores, empleados y clientes, además de impulsar la interacción de la infraestructura tecnológica disponible. La optimación de las tareas, así como la medición del rendimiento en cada eslabón de la cadena, resulta más que evidente.
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¿Un suicidio en puerta?
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¿Qué sucede ahora que ya no se venden licencias? ¿En dónde están las ganancias para los proveedores de soluciones empresariales? Según Le Lorier, sí habrá cambios pero no desaparecen los negocios tradicionales. Señala como ejemplo que aunque la capacitación se da en línea, los cursos con instructores se mantienen. Añade el ejecutivo: “En lo que corresponde a la comercialización de licencias, observamos que hay variables interesantes como los servicios de hosting.”
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Dichas soluciones, explica Le Lorier, implican que el usuario adquiera una licencia de PeopleSoft y la transfiera al centro de datos que el proveedor posee, desde donde se proporciona al cliente todos los servicios necesarios. Además, se ingresa a las entrañas de la compañía a través de internet.
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Un servicio de hosting no es igual a la atención que brinda un ASP, modelo en el que una compañía compra software empresarial y lo renta a otras compañías. “El ASP cobra en función del número de usuarios que se conectan al programa. El proveedor pone la aplicación, el equipo y administra el software; la implementación la realiza el usuario, lo cual no sucede en el caso del hosting”, agrega.
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De acuerdo con Le Lorier, los ASP son considerados como la gran oportunidad para las empresas pequeñas y medianas (en cuanto a la posibilidad de contar con software empresarial). Los ASP empezarán a operar en México partir de 2001, por lo menos para PeopleSoft.
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Los ASP representan un gran apoyo para todas las organizaciones. “Si bien es cierto que muchos competidores bajaron el precio de su software, los demás servicios como consultoría, infraestructura, capacitación y operación aún generan gastos importantes. El modelo ASP es una alternativa distinta que beneficiará a las Pyme de Latinoamérica”, asevera Le Lorier.
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Asimismo, añade el director de PeopleSoft México, otra de las bondades del esquema basado en la web radica en la oportunidad de entender, administrar y monitorear todas las facetas de una corporación. “Muchas veces, se piensa que las soluciones empresariales sólo abarcan áreas administrativas, nómina, distribución, cadena de suministros, proyectos de comercio electrónico, manufactura o análisis de desempeño. Una solución que opera sobre internet también contribuye en la gestión de las relaciones con clientes o CRM (Customer Relationship Management).”
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“Le das la vuelta completa a la empresa, desde el cliente de adentro hasta el de afuera, la famosa visión de 360 grados. Al contar con un ASP que ofrece el sistema, se responde con flexibilidad a las necesidades del usuario, quien va creciendo de manera gradual su implementación, sin perder ritmo en los procesos, sino mejorándolos”, añade.
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“Se trata de promover la rapidez, de acelerar procesos al interior y exterior de las empresas, de conocer de manera rápida y ágil toda la información para la adecuada toma de decisiones. No obstante, debe quedar muy claro que la tecnología es facilitador –aún en los marketplaces–, el ser humano es quien decide al final”, afirma Le Lorier.