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El negocio de convencer

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

La pluralidad política abre las puertas a una práctica poco común en México, el cabildeo, o lobbying. Cuando dominaba un solo partido —el PRI— eran suficientes los acuerdos al más alto nivel sin tomar en cuenta la composición de los poderes; ahora las autoridades locales y federales son de origen diverso y en el Congreso ningún partido decide solo. "Es de la mayor importancia que las empresas tengan un vehículo que les permita exponer con sustento técnico y de manera ordenada a los funcionarios y legisladores los proyectos que les interesan", refiere Santiago Lerdo de Tejada, socio fundador de LTG Lobbying México.

- Para las empresas, dice, resulta menos costoso contratar el servicio que destinar áreas completas al lobbying. Cabildear es una práctica utilizada no sólo para lograr que se modifiquen leyes, sino para incidir en las políticas públicas. En México el lobbying carece aún de supervisión o regulación, lo que aumenta el riesgo de corrupción, del acuerdo fácil y sin sustento que gestionan personas poco serias. Por ello, LTG trabaja con un código interno de ética.

- Esta firma privada ofrece no sólo la negociación con los poderes a partir de la experiencia de sus directivos (ex diputados priístas), sino la viabilidad técnica de los proyectos. "Tenemos que lograr que sea una práctica por arriba, no por abajo de la mesa", dice Luis Godina, socio de LTG. Un despacho "lobbista" no debe garantizar la aprobación o rechazo de una ley, añade. "Sólo es un interlocutor entre quien promueve y quien decide".

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