Cuando José María Hernández y su esposa Lucy iniciaron el negocio de El Pollo Pepe parecía que la pareja estaba jugando competencias. Por cada retoño que ella tenía, el restaurantero abría una nueva sucursal. Al final el matrimonio se quedó con cinco hijos, pero la cadena especializada en pollos asados al carbón estilo Sinaloa siguió sumando establecimientos (19 propios y el resto franquiciados).
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Líder absoluta en la zona metropolitana de Guadalajara (donde tiene 32 tiendas) y con presencia también en las ciudades de Puerto Vallarta, México y San Luis Potosí, la firma tapatía desplaza en promedio 6,000 pollos diarios, contra 12 que vendía al arrancar en 1979.
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El brinco hacia el otro lado de la frontera será en diciembre, en un local ubicado en la Plaza México de Lynwood, California.
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Hernández ve en el futuro cercano a El Pollo Pepe convertido en cadena de comida rápida con alcance nacional. Está a punto de dar el primer paso, al firmar con Bachoco un convenio mediante el cual le confiará la tarea de surtir pollo condimentado con su receta secreta a todas sus sucursales.