A finales de mayo George W. Bush logró la aprobación de su programa fiscal, basado en el recorte de $1.3 billones de dólares, lo que convirtió en realidad una de las promesas centrales de campaña. Sin embargo, este podría ser el primer y último triunfo de su administración en el Senado, después del abandono del senador por el estado de Vermont, Jim Jeffords, del Partido Republicano, para convertirse en legislador independiente.
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Jeffords mantuvo durante años una posición beligerante respecto a su partido, y el recorte fiscal de Bush fue solamente la gota que derramó el vaso. La "oposición" del senador a las decisiones de su partido en asuntos clave se remonta a 1981, cuando fue el único republicano en votar contra el recorte fiscal del entonces popular presidente Ronald Reagan; propuesta aprobada que, para algunos, fue la causa principal de los problemas en la economía estadounidense durante la década del 80.
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Ambientalista en los años 70, Jeffords ahora es proclive a legislaciones que permitan el aborto y los derechos de homosexuales; además promueve el gasto en educación para personas discapacitadas y se opone al gasto excesivo en defensa. Ya no tenía cabida en un partido cada vez más criticado por su posición conservadora sobre estos temas y que se distingue por la intolerancia hacia disidentes y políticos más moderados.
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La determinación del legislador trae de inmediato un cambio en el balance de poder en Washington. Los demócratas han tomado el control del Senado. El revés a la agenda de Bush mereció que la administración dijera: "respeto la decisión de Jeffords, pero no puedo estar en mayor desacuerdo con ella". Si uno se basara en las declaraciones de los miembros del Partido Republicano, no parecería que su estrategia fuera a modificarse sustancialmente, pero los cambios tendrán que venir cuando distintos comités de alta importancia en la Cámara Alta sean ocupados por miembros demócratas.
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Para México la implicación más importante será que el senador Jesse Helms deje la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores. A principios de mayo, el representante de Carolina del Norte –conocido como uno de los críticos más duros de la política migratoria del país– realizó la primera visita formal a su contraparte mexicana, después de la cual se abrieron nuevas posibilidades para encontrar soluciones compartidas. Es cosa de tiempo, y no demasiado, para atestiguar los ajustes que vendrán con la salida de Jeffords, que es calificada en el capitolio como un auténtico terremoto.
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