La actual contienda electoral en México es una clara importación estadounidense. Esto no es necesariamente malo considerando los puntos positivos de la política de la Unión Americana, según Federico Reyes Heroles, fundador de Transparencia Mexicana. Los ataques personales, la retórica vacía y el énfasis publicitario son ejemplos de que no todo es imitable. Emular el sistema electoral tiene sus peligros, agrega Jeffrey Weldon, profesor titular del departamento de Ciencias Sociales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
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Weldon destaca que mientras en México se da demasiado peso a los montos de gastos, en Estados Unidos la procedencia de los recursos es lo que importa.
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Las elecciones en Estados Unidos suelen ser más caras pero más transparentes. Está por verse si la población mexicana confía en los resultados finales y si los perdedores asumen su derrota. El papel de los medios de comunicación es vital en el país vecino, mientras que la credibilidad de la televisión y prensa mexicana es escasa. Aunque es indudable el proceso de apertura, la democracia no puede existir en la ausencia de equidad y justicia. Es menester andar un largo camino para la democracia, advierten.