Una novela de antihéroe, como muchas. Basándose en granos genéticamente modificados, Alfonso Romo quería posicionar su grupo regiomontano como líder mundial en producción de semillas vegetales.
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Para eso compró en sólo tres años 14 empresas que fue integrando a sus negocios, lo que le dio un lugar entre la lista de empresarios con más de $1,000 millones de dólares en la revista Forbes. Pero su deuda aumentó sideralmente.
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Hoy, luego de vender algunas de ellas, se quedó con dos compañías y 25% de Seminis, cabeza a escala global en la producción, distribución (en 120 países) y comercialización de semillas para frutas y hortalizas. En junio anunció la venta de 75% de la firma al fondo de inversión Fox Paine & Company, que administra $1,500 millones de dólares en recursos. Romo puede comprar 9% adicional, según el convenio signado. Todavía le quedan Bionova (también de biotecnología) y Desarrollo Inmobiliario Omega.