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Estimados compatriotas...

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mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Durante 40 años hemos escuchado en este día de boca de mis predecesores lo mismo, aunque bajo formas diferentes: nuestro país florece, hemos producido tantos millones más de acero, todos somos felices, tenemos fe en nuestro gobierno y se nos abren hermosas perspectivas...

- "Supongo que no me han propuesto para este cargo con el objetivo de que yo también les mienta...

- "Nuestro país no florece. No aprovecha sensatamente el gran potencial creador e intelectual de nuestra población... Este Estado, que pretende ser un Estado de obreros, humilla y explota a los obreros. Nuestra obsoleta economía despilfarra la energía que nos falta."

- Así empezó su primer discurso el presidente de... Checoslovaquia, Vaclav Havel, hace poco más de cinco años (como se sabe, hoy preside la República Checa).

- Cuando Havel decía estas palabras, México ocupaba un destacado lugar, mucho más destacado sin duda que el de Checoslovaquia, entre las llamadas economías emergentes. Nuestros gobernantes nos hablaban a diario de modernidad, competitividad, solidaridad, complementariedad de las economías, integración y apertura comercial.

- En esos días, verano de 1991, escribí que era muy probable que la economía mexicana pudiera dar lecciones a la maltrecha economía checoslovaca "y no en vano el doctor José Córdoba divulgó sus 10 consejos".

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- Hoy Córdoba ya no quiere dar consejos. Y los funcionarios mexicanos, otrora orgullosos y hasta arrogantes, hoy hacen propósitos de enmienda en los foros internacionales.

- Sin embargo, nuestros gobernantes carecen aún de la estatura moral para hablar como Havel. No pueden proponernos un destino magnánimo, como tampoco lo pudieron hacer en el sexenio pasado cuando, en lugar de moralidad, nos ofrecieron un falaz pase automático a la opulencia del primer mundo.

- Decía también Havel en ese entonces: "Mazaryk basó su política en la moralidad. Intentemos en un nuevo tiempo y de una nueva manera restaurar este concepto de la política. Aprendamos y enseñemos a otros que la política debería ser una expresión del deseo de contribuir a la felicidad de la comunidad, más que una necesidad de engañarla o arruinarla. Aprendamos y enseñemos a otros que la política puede ser no sólo el arte de lo posible, especialmente si esto significa el arte de la especulación, el círculo, la intriga, los pactos secretos y las maniobras pragmáticas, sino que incluso puede ser el arte de lo imposible, es decir: el arte de mejorarnos y mejorar el mundo".

- En México no hay invocaciones políticas a las reservas morales porque sería como mencionar la soga en casa del ahorcado, el tumor ante canceroso, las acrobacias frente al tullido. Engaños, fraudes, asesinatos, impunidad, violencia, demagogia, deslealtades (es notable que los más despiadados ataques a Carlos Salinas surgen de las mismas voces aduladoras que lo endiosaban todavía hace menos de un año), torpezas e irresponsabilidades.

- Un día, como remedo de compensación al incremento del IVA, surge de Los Pinos la idea de desaparecer cuatro secretarías de Estado, ciertamente inútiles y dispendiosas. En la más pura tradición de la democracia digital, los legisladores del PRI hacen suya, sin gran entusiasmo por cierto, la idea. Veloces, los posibles afectados echan mano de los recursos públicos, de todo tipo, que debieran cuidar celosamente, para evitar la desaparición, para no penar en la orfandad burocrática fuera del presupuesto y hasta el momento todo ha quedado en agua de borrajas, en nuevo engaño a la sociedad.

- No se devaluó a tiempo, dicen los que debieran saber, para explicar la crisis. Y, si se hubiera devaluado "a tiempo" (¿cuándo es a tiempo?), ¿qué habría sucedido en las elecciones?

- En todo caso, demasiado pronto el éxito se volvió estrepitoso fracaso. Y no es una cuestión de modelos económicos. En general, la apertura al mercado y el desplazamiento de un Estado obeso y rapaz es un acierto. También lo es que ahora el presidente exhorte al ahorro interno que se menospreció en el pasado. Tampoco se trata de prolongar los desatinos con caricaturas de discusión entre neopopulistas y neoliberales, sino de reconocer que el sistema de partido casi Único, carente de toda moralidad, ya se agotó.

- Havel concluyó su discurso de entonces citando al educador Comenius: "Pueblo, tu gobierno ha vuelto a ti”.

- No. En México el gobierno no ha vuelto al pueblo. No deberíamos descansar hasta hacerlo regresar.

- El autor es egresado de la licenciatura en Comunicación de la Universidad lberoamericana, periodista especializado en economía y finanzas y director editorial del diario El Economista.

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