No es un eurosaurio o un dinosaurio, sino un gigante flexible que ofrecerá servicios de telecomunicación a toda Europa. Es la mayor telefónica europea, resultado de la fusión entre la alemana Deutsche Telekom y Telecom Italia, descrita por el presidente de esta última, Franco Bernabe.
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Después de largas negociaciones, y de que Telecom Italia rechazara la oferta de compra de Olivetti, se concretó la operación calculada en $82,000 millones de dólares.
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Por sus ingresos, estimados en $62,000 millones de dólares anuales, la nueva empresa estará sólo por abajo de la japonesa NTT y será capaz de competir con gigantes internacionales como la estadounidense AT&T y la británica BT.
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“La operación está en línea con el proceso de integración de Europa”, dijo Ron Sommer, presidente de Deutsche Telekom.
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Los alemanes tendrán 57% de la empresa y los italianos, el resto.
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Deutsche Telekom es controlada por el gobierno alemán, pero el ministerio de Finanzas de Bonn aseguró que venderá su participación en la nueva compañía en cuanto el mercado lo permita.
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En conjunto, Deutsche Telekom y Telecom Italia tienen 304,000 empleados. No se ha informado cuántos empleos podrían recortarse. “Nuestra visión es de crecimiento, no de recorte de puestos de trabajo”, dijo Sommer.
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