Quien esté contemplando asistir a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) debe prepararse para recibir una buena dosis de “vitaminas culturales”, advierte su directora Maricarmen Canales.
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Surgida en 1987, la FIL se consolida como el primer escaparate del libro en español del mundo y el punto donde se dan cita miles de profesionales de las letras.
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Pero también la FIL se convierte en la fiesta cultural más importante del occidente del país. Además de contar con talleres para niños, jóvenes y personas de la tercera edad, al público en general ofrece encuentros literarios y artísticos. “Es una experiencia muy enriquecedora de espíritu, alma e intelecto”, dice Canales, quien junto con Margarita Sierra dirige a un equipo organizador base de 50 personas, que en el momento de la feria llega a 1,300.
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En esta, su décimo cuarta edición, se espera la asistencia de 400,000 personas, 9,000 profesionales del libro de 36 países, y más de 1,000 empresas editoriales que exhibirán alrededor de 80,000 títulos. Todo ello, del 25 de noviembre al 3 de diciembre.
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