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Guardián a bordo

Miles de mexicanos han perdido su automóvil a manos del hampa. Una plataforma tecnológica aspira a
mar 20 septiembre 2011 02:54 PM

Lo Jack, un sistema para recuperar vehículos, comenzó a operar en el estado de Jalisco hace más de dos años. Las empresas tequileras y cerveceras, así como conductores particulares, fueron los primeros usuarios de esta herramienta tecnológica que opera en más de 20 países desde principios de los 90. En marzo pasado, el programa se echó a andar en la zona metropolitana de la ciudad de México y a la fecha cuenta con más de 4,000 clientes.

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La tecnología consiste en un dispositivo electrónico que se instala “discreta y aleatoriamente” en el vehículo, y en caso de robo permite localizar la unidad a la brevedad. No es rastreo satelital ni sirve para monitoreo; “si así fuera el usuario perdería su  intimidad o se sentiría vigilado todo el tiempo”, comenta José Antonio Ocejo, presidente y director de Lo Jack México.

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Cabe señalar que la aceptación que este instrumento está consiguiendo se debe, en buena medida, al convenio firmado con Ford Motor Company para instalarlo desde que las unidades salen de la fábrica. El proyecto piloto comenzó con las vagonetas Windstar, y se ha vuelto extensivo a otras unidades como Explorer y Explorer Sport. “De hecho, en 2002 el beneficio se ampliará a más modelos”, subraya Claudia Rodríguez, gerente de Estrategia de Mercadotecnia en la armadora.

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En Jalisco, como ocurre en otras regiones del país, los autos Jetta, BMW, Tsuru y Windstar son hurtados con frecuencia, pero el sistema Lo Jack ha logrado abatir “hasta en 90% el robo de este último modelo”, afirma el directivo. La efectividad del dispositivo arroja números considerables: hasta el cierre de junio de 2002, la suma del valor de los vehículos recuperados en el país asciende a $114 millones de pesos. Y la plantilla de usuarios rebasa 15,000.

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Las entidades donde la solución opera son, además de las mencionadas, Colima, Michoacán, Nayarit y Zacatecas. Pronto la cobertura también incluirá a Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos y Querétaro. “Lo importante –apunta Ocejo– es que ya cubrimos el área donde se roba casi el 80% de automotores de la república: Jalisco, Estado de México y el Distrito Federal.”

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Los usuarios de Ford no desembolsan un centavo más por adquirir un carro que ya trae incluido el mecanismo. “Es como una vaquita –explica Rodríguez–: nosotros ponemos una parte, el concesionario absorbe otra y Lo Jack aporta el resto.”  El acuerdo, firmado en marzo, tiene una vigencia de 15 meses, y es “muy probable su renovación”, según coinciden los entrevistados.

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Un aliado para todos
El aditamento no es sólo para automóviles Ford; quien desee puede adquirirlo por su cuenta con el fabricante. El costo oscila entre $5,900 y $6,900 pesos, montos para los cuales hay planes de financiamiento. Hoy es común observar una variedad de marcas y modelos que  incluyen esta especie de agente secreto a bordo. El conjunto de clientes comprende 30% transportistas de carga y el resto de particulares.

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El aparato no se coloca en el mismo lugar en todos los carros; existen entre 20 y 30 puntos distintos donde es posible hacerlo. Ni siquiera el personal que lo instala lleva un control de dónde queda adherido. “Eso lo ‘decide’ un sistema de cómputo”, enfatiza Ocejo, quien señala que para mayor operatividad existen dos centros de control técnico en el país: uno en Guadalajara y otro en la ciudad de México.

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Una vez colocado el radiorreceptor queda registrado un código alfanumérico en la base de datos (la cual está protegida por una severa restricción en su manejo), que se activará para hacer contacto con la unidad en el momento indicado. Si el siniestro ocurre, el usuario debe reportarlo al teléfono 01 800 3-LO JACK, y de inmediato la plataforma tecnológica comienza a trabajar.

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La mecánica es la siguiente: desde la base central se emite una señal similar a la de la telefonía celular, la cual viaja a través de las antenas distribuidas en red por la ciudad. Ya activado el sistema del vehículo, entra en operación una patrulla de la compañía que está equipada con una minicomputadora. Ésta registra la intensidad de la señal conforme se acerca al automóvil hurtado. Simultáneamente se pide apoyo a la policía, quien ejecuta la detención. El personal de la empresa no porta armas.

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Para la zona conurbada de la ciudad de México existen 80 antenas y se cuenta con el auxilio de 20 patrullas de la compañía. Es importante asentar que los autos y tráileres provistos con Lo Jack no ostentan calcomanía, ni antena o aviso alguno que los distinga, razón por la cual se ha logrado capturar in fraganti a docenas de ladrones. De acuerdo con Ocejo, del total de casos reportados, 94% se resolvieron con éxito. El sistema trabaja las 24 horas, los 365 días del año.

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La tecnología se diseñó para combatir el despojo de vehículos, no importa que éstos sean trasladados a lugares techados o cerrados; la señal no se obstruye. Reitera el directivo que el código de usuario sólo se activa en caso de asalto, “no es para realizar espionaje o perseguir personas que han sido víctimas de secuestro, porque se pone en riesgo su integridad”. Si la logística se aplica bien, 50 o 60 minutos son suficientes para resolver un caso. Se ha probado.

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Con el fin de abaratar primas
En el Valle de México, que para la administración de Ford comprende las capitales de Morelos y el Estado de México, se venden mensualmente 450 Windstar en promedio, con servicio Lo Jack durante un año. Algunas camionetas ya han caído en manos del hampa, pero se rescataron a tiempo y sin desmantelamientos. El programa va viento en popa y, según Rodríguez, se mantendrá porque existe la promoción de obsequiar otro año adicional a los compradores de la póliza Ford Insure.

-Por otra parte, el presidente de la organización –quien augura que el negocio crecerá 70% en 2002– dice que por el momento no ha firmado convenio con otras armadoras, pero que la solución técnica también puede ser implantada en cualquier auto nuevo sin importar la marca. El directivo deja en claro que su misión “no es tumbarle la chamba a las compañías de seguros,” sino reducir el índice de robos que impacta el costo de las primas.

-Esta tecnología ha sido probada en naciones como Alemania, Polonia, Colombia, Nigeria, Rusia y, por supuesto, Estados Unidos, donde se diseñó y se perfecciona. En ese país se utiliza esencialmente en los estados fronterizos, como una práctica de sellamiento para evitar el tráfico de automóviles. Pero cuando las unidades son llevadas a territorios extranjeros también es posible lograr su detección, ya que existe comunicación entre las bases de datos internacionales.

-Finalmente, está claro que el auxilio de las autoridades es elemental para lograr el objetivo de detener a las bandas de robacoches. Por ello, en los estados donde ya opera el servicio Lo Jack se han firmado convenios con las secretarías de Seguridad Pública para colaborar. En el Distrito Federal no existe tal rúbrica con el gobierno local, pero el apoyo logístico sí se proporciona, premisa obligatoria para que el equipo cumpla su cometido.

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El perfil que los ladrones esconden
Volkswagen sedán o simplemente vocho, no importa cómo se llame pero es el carro más robado de todo el mercado mexicano, y sólo se fabrica aquí. Encabeza la lista de las docenas de marcas y modelos hurtados, con un índice de 16%, seguido de Tsuru y Jetta (con 11% y 6%, respectivamente), según cifras recientes de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), organismo que agrupa a las 65 aseguradoras del territorio nacional (37 manejan el ramo automotriz).

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En algunas ciudades de Francia, Corea y Sudáfrica, la Interpol, que tiene acuerdos con AMIS, ha localizado algunos automotores robados en México. El vocho, por ejemplo, es transformado en convertible por  los “expertos”, y en aquellas latitudes “se vende muy bien. Quizás el modelito les resulta curioso”, comenta Enrique Olmedo, director técnico  de la AMIS, instancia que interactúa con las procuradurías de justicia de nuestro país al proporcionarles su base de datos.

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Según aquella organización hasta fines de 2001 existían en México alrededor de 16 millones de vehículos, de los cuales 37.4% estaban asegurados. El directivo confía que al finalizar 2002 esta cifra ascienda a 39%. Esto porque la mayoría de la gente que compra un auto nuevo lo asegura.

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Cabe destacar que, pese a los discursos oficiales, el robo en el sector va en ascenso. Durante los primeros cinco meses de 2002 el hampa dio cuenta de 17,952 unidades (sólo de las aseguradas). El índice aumentó 6.5% con respecto al mismo periodo del año anterior. Y el rubro de carros recuperados sólo se incrementó 3.21% en el mismo lapso.

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No es nada nuevo, pero la AMIS lo constata: la ciudad de México continúa a la cabeza en esa forma de delito. Casi la mitad, 48.7% de los carros, se roban en la capital de la república. De hecho, entre esta entidad y el Estado de México y Jalisco, engloban 78.4% de lo perdido en el país.

-La brutalidad es lo que desvela. La tasa media nacional indica que 44 de cada 100 vehículos son arrebatados a sus dueños con acciones de violencia. Pero en ese escenario “hay altos contrastes”, enfatiza el entrevistado; Ciudad Nezahualcóyotl y Ecatepec tienen cifras de 80.4% y 70.2%, respectivamente, en asaltos de este tipo. El Distrito Federal alcanza 54% en promedio. Y como entidad federal, el Estado de México es campeón en dicho rubro, con 59 puntos; mientras que Baja California (que por cierto, ocupa el cuarto lugar en números absolutos) sólo tiene dos.

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Las costumbres del gremio
Al hacer una radiografía del modo en que operan los bandidos, la asociación aseguradora apunta que los ladrones empiezan a comportarse como ciertos empleados asalariados: “Trabajan semana inglesa, exigen su aguinaldo, tienen su ‘cuesta de enero’ y algunos hacen ‘san lunes’.”

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Así, los ciudadanos son sorprendidos con más frecuencia de martes a viernes, periodo en que ocurre el 70% de los atracos. A la hora de la comida, entre las dos y cuatro de la tarde, es cuando alcanza su mayor cresta la incidencia, con 16%. La madrugada parece ser que ya no interesa mucho a los salteadores, porque entre las 12 de la noche y las seis de la mañana sólo efectúan 9% de los despojos.

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Por otra parte, al asomarse a las gráficas de los últimos 12 meses, es clara la tendencia de que durante diciembre se disparan los ímpetus bandoleros, rebasando 10 puntos porcentuales de rapiña; y el bajón viene en enero, sólo 7%, segmento menor en todo el año. “Quizá las fiestas navideñas, los regalos, el día de Reyes, etcétera, los hace aplicarse, ya que también tienen necesidades por cubrir”, señala Olmedo.

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Ante semejante panorama aseguradores y propietarios no son indiferentes. Asevera el directivo que hoy la actitud de las personas presenta cambios sustanciales, “ya no es común ver a conductores con el brazo recargado en la portezuela y mostrando relojes de lujo o a las damas con la bolsa de mano en el asiento de al lado. Hay mucha precaución.”

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A su vez, AMIS desde hace tiempo emprendió una estrategia: la creación de la  Oficina Coordinadora de Riesgos Asegurados (OCRA) que, entre otras actividades, localiza vehículos robados y vincula sus acciones con las procuradurías y la Interpol. Además, el organismo realiza operaciones conjuntas con sus oficinas homólogas de Estados Unidos y Canadá. El  objetivo es cerrar filas ante el tráfico internacional de vehículos.

-El año pasado las aseguradoras desembolsaron $192 millones de dólares por pago de robos. De acuerdo con Olmedo, los empresarios dedicados al ramo “no se están haciendo ricos, como pudiera creerse”. Tienen que cuidar cada peso que ingresa, ya que $0.70 son para cubrir los daños y colisiones; el resto se divide en gastos administrativos, comisión del agente y utilidades. Si la prima destinada al primer inciso se rebasa, entonces “de plano ya no es negocio”.

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