Jalisco sí pierde, pero no se raja
Si en otras ocasiones Jalisco había sido capaz de amortiguar los golpes de pasadas recesiones, del impacto de la actual crisis no se pudo escapar y esta vez sí le tocó las de perder.
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Si bien la crisis de 1982 causó graves estragos en la economía nacional, la jalisciense pudo salir mejor librada gracias a su estructura productiva soportada en más de 90% por micro y pequeñas empresas. Sin embargo, como señala Alfredo Molina Enríquez, director del Centro de Estudios Estratégicos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Guadalajara, "a diferencia de la crisis de los 80, en ésta ya está presente el ingrediente de la competencia, por lo que son los pequeños empresarios quienes particularmente están resultando afectados".
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Así también lo interpreta Luis de la Peña Stettner. El presidente del Centro Empresarial de Jalisco (CEJ) dice que si desde 1994 la apertura ya daba signos de estar mermando a la planta productiva local, la agudización de los factores limitantes de la actividad empresarial (contracción de la demanda, falta de liquidez y elevadas tasas de interés, principalmente) ha dado como resultado que "quizá Jalisco sea una de las entidades más afectadas y, a lo mejor, representa la síntesis de lo que está sucediendo en México".
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Razón no le falta, al menos si se observa la forma como ha ido en ascenso el número de negocios que se han visto obligados a cerrar la cortina. Según el Instituto Mexicano del Seguro Social, 6,034 patrones se habían dado de baja en los seis primeros meses del año, lo que significa la pérdida de 32,283 empleos permanentes y de otros 71,105 eventuales. En consecuencia, las cifras del desempleo abierto se han abultado y, tan sólo en la capital tapatía, la tasa ha crecido de 2.8% desde el fatídico diciembre a 6.4% el pasado mes de junio.
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Ahora bien, convencidas de la importancia del crédito para crecer, modernizarse o simplemente seguir con vida, buena parte de las empresas de la entidad obtuvieron empréstitos bancarios, sin saber que unas desmedidas tasas de interés las harían caer en cartera vencida. Aunque en ningún momento los organismos empresariales han alentado una suspensión de pagos -pero sí una reestructuración justa de la deuda-, el problema fue creciendo al punto que el Centro Bancario de Guadalajara reporta que los créditos en cartera vencida crecieron 167.7% de fines de 1994 a junio de 1995.
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Pobres industriales. Si hay alguien que esté pagando caro los platos que no rompió, esos son los industriales. Y es que, por más que le advirtieron a la administración salinista que se le estaba pasando la mano con la apertura, ésta hizo caso omiso de la alerta. El resultado: cadenas productivas tradicionales en la región -juguetes, cuero y calzado, confección, madera y muebles- fueron debilitándose hasta llegar a perder 50% de su mercado interno. Ahora ni siquiera hay mercado interno.
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Salvo la industria maquiladora de exportación, que al aprovechar la coyuntura ha visto crecer sus niveles de empleo (en 2.44% de diciembre de 1994 a mayo de 1995), en el sector no se habla más que de cierre de empresas y de pérdidas de puestos de trabajo. En la Cámara Regional de la Industria de la Transformación (Careintra), su presidente, Salvador Cuevas Acuña, estima que, entre las 22 ramas afiliadas al organismo, se han perdido más de 6,000 empleos tan sólo en el primer semestre del año. Pero en la industria en su conjunto hay cifras que dan cuenta de que el sector está teniendo la mayor participación porcentual (41.2%) en el total de desempleo abierto en el estado.
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Con una planta productiva que debe, estar trabajando entre 30 y 40% de su capacidad instalada, para Leopoldo Montelongo, coordinador del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco (CCIJ), el estado de la industria es "verdaderamente peligroso, grave, y nos deja en una posición muy difícil para retomar el camino el próximo año".
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Comercio en picada. Por más ofertas y facilidades de pago que se ofrezcan, las ventas en los comercios no "dan color". Es lógico, escasea el dinero y la inflación en la zona metropolitana de Guadalajara ha crecido 35.3% de enero a julio.
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El INEGI apunta que, en la perla de occidente, las ventas minoristas cayeron 17.6% en el primer semestre respecto del mismo periodo del año anterior, mientras que las ventas al mayoreo bajaron en una proporción de 10.4%. Los datos contrastan con los de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, cuyo presidente, Horacio González Pardo, estima que la contracción de las ventas ha sido de 40%.
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Lo cierto es que el comercio local vive la más triste de sus etapas, con un saldo rojo de 600 negocios dados de baja y 3,000 puestos de trabajo perdidos. A ello habría que agregarle 10 firmas comerciales en quiebra y otras 43 que han recurrido a la suspensión de pagos, una medida extrema que, aclara González, la Canaco no fomenta, pero que en su papel de síndico "tiene la obligación de llevar por ley".
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Por otro lado, el comercio informal -que ya era una plaga- ha encontrado el caldo de cultivo para reproducirse. Según la gerencia de Estudios Económicos de la Canaco, el comercio informal en los tianguis de los municipios de Guadalajara y Zapopan ha aumentado 17% en el primer cuatrimestre del año en comparación con el mismo periodo de 1994.
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Los claroscuros del campo. Francisco Javier Mayorga Castañeda, titular de la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado (Seder), define la situación que vive el campo jalisciense como un claroscuro.
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Para él, los aspectos positivos que la devaluación ha dejado a los productores agropecuarios es que les ha permitido "recuperar el mercado interno y acceder al mercado externo en condiciones más competitivas". Es así que los productores de caña, azúcar, agave y leche han tomado un nuevo aire, mientras que los exportadores tradicionales de frutales, flores y hortalizas están consolidando su posición. La combinación de ambas fuerzas, asegura, ha provocado que la balanza comercial del sector, que todavía el año pasado era deficitaria, sea ahora fuertemente superavitaria.
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Lo malo, añade el también agroindustrial, es que la astringencia crediticia y los créditos caros "inhiben a los productores para tomar ventaja de la apertura de mercado que la devaluación nos dio".
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El aspecto financiero, el gobierno estatal busca aliviarlo con programas de apoyo para que pequeños productores carentes de capacidad crediticia puedan comprar insumos. Al mismo tiempo, para destrabar el problema de la comercialización, impulsa la colocación de algunos productos -como trigo y maíz- en los mercados de futuros.
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De cualquier forma, Mayorga concluye con un balance positivo "Es cierto que estamos pasando por una coyuntura difícil, pero preferimos esta coyuntura de corto plazo que una situación prácticamente insostenible como la que teníamos en años pasados. Eso nos da mucha confianza de que el campo tiene otra vez futuro."
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La tablita de salvación. Para Cuevas, de Careintra, "mientras el gobierno no acepte que la micro y pequeña empresa es la base fundamental de la economía, las cosas seguirán igual de conflictivas". El demanda una reforma a fondo de la política fiscal, en la que la carga impositiva para la empresa sea proporcional a su tamaño.
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Ampliar la base de contribuyentes en lugar de subir impuestos es la propuesta el presidente de la Canaco. Además, González exige al gobierno bajar más su gasto público, "porque si todos estamos haciendo el sacrificio, no veo por qué ellos no".
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Montelongo, del CCIJ, coincide en ese punto y añade la urgente necesidad de generar un círculo virtuoso: "Hay que buscar que la capacidad de adquisición del trabajador mejore, primero, para crear un consumo y, lo más importante, para evitar un problema social".
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A su vez, De la Peña va más allá, proponiendo una "reingeniería total del país". El líder del CEJ expone: "Debemos hacer una revisión de la situación tributaria y laboral, de los criterios para manejar el modelo económico, del sistema político; revisar todas las partes para empezar a caminar en forma integral y congruente".
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Los entrevistados, empero, saben que ellos proponen y el gobierno federal es el que dispone. De ahí que vean que Jalisco deba asirse a su propia tabla de salvación para no zozobrar con todo el barco. El gobierno de Alberto Cárdenas Jiménez ha captado el mensaje. "Como gobierno del estado ‑dice Sergio García de Alba, al frente de la Secretaría de Promoción Económica (Seproe) entendemos que nuestro margen de maniobra para controlar las variables económicas es limitado. Por ello, estamos trabajando en programas que permitan a Jalisco tener un amortiguador en el caso de que el sistema nacional siga con una crisis recurrente .
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El "esquema de salida de la crisis", diseñado por la Seproe, comprende estrategias, que apuntan a recuperar el empleo, la producción, el ingreso y el ahorro. Como el problema de desempleo es más agudo en la micro y pequeña empresa, García de Alba reconoce que no hay de otra que apoyarlas. Destaca la decisión de exentar del Impuesto de 2% Sobre Nóminas a las firmas con menos de 10 empleados, una medida que beneficia a más de 30,000 empresas.
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Financieramente, también se dan primeros auxilios a los pequeños. Para ello, se "resucitó" al Fondo Jalisco, un organismo estatal al que se le han inyectado N$110 millones de nuevos pesos para ofrecer créditos blandos. Y lo mismo se apoya con "capital semilla" el nacimiento de microempresas.
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En fin, lo que se ha propuesto la presente administración es darle un poco de oxígeno a la economía para, de ahí, arrancarse con estrategias que, contempladas en el Plan Estatal de Desarrollo 1995-2001, apuntan hacia un Jalisco recuperado y sobre una plataforma de despegue. Los tapatíos cruzan los dedos.