En el futuro será común portar un reloj en cada mano: “Uno será -tradicional y otro de innovación”, asegura Francois Thiébaud mientras -extiende ambos brazos para mostrar los que él porta. Quizá la experiencia de -más de 30 años en la industria relojera del presidente mundial de Tissot -avalen sus palabras en unos años, pero mientras el futuro llega los mexicanos -prefieren la innovación.
- La prueba de ello –asegura Ricardo Brown, director de Tissot México– es -la aceptación que entre los mexicanos ha tenido el modelo T-Touch, un reloj que -cuesta alrededor de $600 dólares y cuenta con altímetro, cronómetro, alarma, -medidor de temperatura y barómetro. Todo ello se activa con sólo tocar la -carátula del reloj.
- Sin embargo, los relojeros suizos aún tienen mucho por conquistar. En -México, esta firma está enfocada al segmento medio (con relojes que van de -$150 a $700 dólares, aunque los de oro llegan a los $2,000 dólares) donde -compiten con los fabricantes japoneses y los locales.
- El negocio de los productos de lujo depende, según Thiébaud, de la -economía y la política. De 2000 a 2003 problemas de esta índole afectaron el -crecimiento del sector, pero en 2004 “la gente quería ver el sol” y la -relojera alcanzó crecimientos en sus ventas netas globales de 3.8%, al pasar de -$3,383 millones de dólares en 2003, a $3,518 millones de dólares el año -pasado.
- México no representa siquiera 1% de las ventas globales de Swatch Group -(grupo al que pertenece Tissot), pero el incremento de 70% en las ventas locales -durante 2004, muy por encima del incremento de entre 10 y 15% que experimentaron -los artículos de lujo, hacen pensar al presidente de Tissot que México “tiene -un gran potencial”, sobre todo si se toma en cuenta que en 2007 desaparecerán -los aranceles vía el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea.