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La réplica Maseca

En vez de paralizarse frente a China, Gruma decidió atacar. ¿Tendrá razón?
mar 20 septiembre 2011 02:55 PM

La figura polémica –¿empresario o político?– de Roberto González Barrera oculta un espíritu emprendedor. Eso no es nuevo. Nadie hablaba del hoy efervescente mercado hispano de Estados Unidos en los años 70, cuando el regiomontano comenzó a exportar tortillas a los paisanos. Hoy, a sus 73 años, anuncia que Gruma invertirá en China $500 millones de dólares en cinco años, lo que le convertiría en el principal inversionista mexicano en el país asiático.

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Los analistas cuestionan el efecto de esta estrategia –que obedece a la caída del mercado interno de la harina de maíz– sobre sus pasivos y el vencimiento de un pago de $225 millones de dólares en 2005. González Barrera defiende las mismas razones que esgrimió en sus arranques estadounidenses: Señala una populosa calle de Shangai. El mercado está ahí, sólo hay que atacarlo. Y el éxodo a las ciudades de la población rural del país asiático multiplica la venta de alimentos (antes producidos localmente). La apertura económica, además, ha disparado la demanda de comidas exóticas.

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En una lógica dictada por las barreras culturales y la seducción del jugoso mercado hispano, sólo 30 empresarios mexicanos invierten actualmente en China, una economía que espera crecer 9% en 2004 y que en 25 años ha cuadriplicado el tamaño del PIB. Paradójicamente, alrededor de 160 empresas chinas han invertido en México. ¿Habría que revisar esta estrategia?

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El estallido económico chino es uno de los fenómenos comerciales históricos, superior, por el tamaño de la población involucrada, a la Revolución Industrial. Según la consultora Mckinsey, China alcanzará en 2020 el tamaño de la economía japonesa, y en 2040 el de la estadounidense. Invertir allá suena lógico. Hacerlo en tortillas, muy mexicano. Los accionistas de Gruma decidirán si apoyan a un González Barrera emprendedor en la jugada.

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Quienes no le ven ninguna gracia al estallido económico chino son quienes tienen un insumo llamado acero. La aleación se ha encarecido 100% promedio respecto a 2001, lo que ha repercutido en el costo de construcción de drenajes, naves y carreteras. El impacto sobre los contratos de obra pública pegará al presupuesto de las paraestatales CFE y Pemex, pero también al de cualquiera de sus contratistas. Quizá habrá que estar atento a la evolución de la economía china y a qué nuevos productos se encarecerán de aquí a fin de siglo por el crecimiento de la demanda y el acceso de su población a niveles de ingreso de alto consumo.

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Quienes parecen volver al pasado son los habitantes de más altos ingresos de la ciudad de México, que dejan sus casas en zonas conurbanas, ya saturadas por el tráfico, en busca de las viejas y tradicionales colonias. La seguridad, la nostalgia y el cambio sociológico –familias menos extensas y con ambos cónyuges empleados– parecen dictar el cambio.

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La nostalgia parece también dar oportunidades a emprendedores que han entrado a un mercado agonizante, el del pulque para exportar. ¿A China?

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–Los editores

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