Las trampas de la predicción
Es muy fácil equivocarse sobre el futuro y existen muchos ejemplos para probarlo. Nadie está exento de hacer malos presagios. Algunas de las mentes más brillantes de la historia han caído presa de las varias trampas de la predicción, guiados por su pesimismo, oportunismo, miopía o simplemente por haberse levantado ese día con el pie izquierdo.
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En 1885 Lord Kelvin pedía cancelar los planes de vuelo ya que predecía que “las máquinas voladoras más pesadas que el aire son imposibles”. El científico británico Dionysius Lardner en 1893 decía que el viaje en ferrocarril a altas velocidades no era factible porque los pasajeros, incapaces de respirar, morirían de asfixia. En el Cincinatti Gazette en 1879 se publicaba “la manía por el beisbol se ha terminado, este deporte no tiene futuro como ocupación profesional”.
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Hay pronosticadores de todo tipo, unos son unos alarmistas, predicen el fin del mundo, especialmente si los vaticinios se hacen alrededor del año 2000; hay otros que aprovechan la oportunidad para gritar a diestra y siniestra que el cielo se está cayendo y que ha llegado el momento de arrepentirse.
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¿Dónde está todo el tiempo de descanso que se predecía íbamos a tener para el año 2000, en que la tecnología acortaría las semanas de trabajo? Las computadoras no eliminan, como se decía, el papeleo, los periódicos y los libros impresos. Los productos sintéticos no terminan de desplazar a los naturales; todavía no se logra acabar con la inflación mundial; y los japoneses sí pudieron entrar, incluso invadir, con sus productos el mercado norteamericano.
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Como estas, existen innumerables referencias de predicciones fallidas que son resultado de un sentimiento que se desarrolla en la mente, una intuición, un decir me late que tal o cual cosa va a ocurrir, a diferencia de la prospectiva que constituye una metodología científica para los estudios serios del futuro.
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Un verdadero ejemplo de prospectiva fue el desarrollo de escenarios sobre posibles comportamientos sociales para identificar el espectro de futuros posibles en el problema del nuevo siglo, también conocido como y2k, que amenazaba con una crisis mundial. La matriz de escenarios diseñada permitió identificar y neutralizar tanto el rango de fallas técnicas como las respuestas potenciales de caos social que se habrían generado de no aplicarse las acciones y estrategias prospectadas.
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Es indispensable alejarse de la connotación mágica de la predicción y ponernos a mirar profundamente, con los instrumentos de la prospectiva, qué respuestas están disponibles para nosotros como comunidad humana.
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Crear prospectiva es construir escenarios que logren transformaciones positivas dentro de cada individuo, comunidad y región, valorando programas sociales con fundamentos éticos y obras de infraestructura a largo plazo, así como planes de sustentabilidad y contingencia, sin predecir el futuro, buscando la información, aplicando la metodología y actuando hoy para la conquista del porvenir que deseamos tener.