Ramón Gámez, FSCNT
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Habla del sindicalismo empleando términos como "mercado" o "competencia", y asegura que su central fue la primera en adoptar la flexibilidad laboral hace 18 años, "mucho antes de que se pusiera de moda".
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Ejemplo favorito del líder telefonista Francisco Hernández Juárez para hablar de sindicalismo blanco, Gámez asegura estar más allá de esas críticas y reta a quien lo dude a preguntar su opinión a cualquier agremiado a la Federación Sindical Coordinadora Nacional de Trabajadores (FSCNT) que él preside.
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A decir del representante, el momento actual no significa una "crisis del sindicalismo sino de las condiciones laborales: el principal problema del trabajador son los salarios".
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A sus 61 años, más de 30 de ellos en asociaciones gremiales, Gámez asegura que ya va de salida. Desde hace ocho o nueve meses no pone un pie en una junta de Conciliación y Arbitraje, pero lejos de preparar a un sucesor, intenta heredar su filosofía: libertad sindical; organizaciones sin filiación partidista, cuyo único interés sea el trabajador y con relaciones de cooperación con la empresa. "Las huelgas y conflictos sólo revelan la incapacidad de negociación del sindicato", afirma.
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Tal punto de vista es resultado de la lectura que, como abogado egresado de la UNAM en 1963, hizo del movimiento de 68: hay que cambiar las cosas, pero no con protestas sino con propuestas. La suya fue crear un movimiento laboral que apostara por la colaboración con las compañías. Así, dice, pronto ganó "contratos en el mercado del sindicalismo a la competencia oficialista".
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A la fecha, la FSCNT representa a casi 370,000 trabajadores de más de 20 sindicatos, lo mismo de empresas como McDonald’s, Cinemex y Cinemark que del puerto de Altamira.